Reivindicando Ella Baila Sola con motivo de su retorno
Reivindicando Ella Baila Sola con motivo de su retorno
Vuelven Ella Baila Sola. Se reconcilian o, como mínimo, se aguantarán durante unos cuantos conciertos de retorno. Uno de ellos en el Starlite de Marbella. Y aprovechamos para hacer memoria de las cualidades musicales de este dúo femenino. Sí, nos gustaba.

Hagamos memoria.
Hubo un tiempo en que dos jóvenes artistas llamadas Ella Baila Sola reinaron en el territorio de la música con su propuesta a medio camino entre el pop, la canción de autor, el folk y los juegos vocales como de Vainica Doble.
Corrían los años 90, queridos milleniales y Z Generation, cuando un buen día se escuchó por la radio una canción titulada Lo echamos a suertes que se preguntaba "¿por qué ya no me baila un gusano en la tripa/ cuando suena el teléfono y escucho su voz?".
Era el resumen poético de toda dolencia de amor sufrida en el insti o la facultad y las masas se rindieron a Ella Baila Sola y fueron adoradas por legiones de seguidoras y seguidores.
Seguidoras tuvieron muchas porque Ella Baila Sola poseían un punto de vista femenino muy claro e, incluso, un posicionamiento abiertamente feminista. Escúchese Amores de barra, defensa del ligoteo casual en las discotecas en modo libérrimo y con girl power sobrado.
En esa canción (Amores de barra) se hallan otros versos gloriosos que permanecen en el recuerdo de toda una generación: "Amores de barra,/ un lápiz de labios mal puesto en el baño,/ colirio en los ojos, pegote de rimmel,/ la copa en la mano".
Fueron tan famosas Ella Baila Sola que hasta las recibió el Rey de España cuando era príncipe con motivo de unos Premios Amigo. En la foto está también Christina Aguilera.
Sí, mileniales y Z Generation, no todo va a ser Billie Eilish, C. Tangana y otras modernidades.
Hay que reivindicar a Ella Baila Sola, que se atrevieron a titular una canción Cuando los sapos bailen flamenco.
Casi nada.
Ellas eran Marta y Marilia, Marta Botía y Marilia Andrés, se conocieron en el madrileño colegio San Agustín de la calle Padre Damián y en 1996 sacaron su primer álbum y vendieron más de 1.700.000 copias, que ya es vender.
Pusieron banda sonora a muchas adolescencias.
Sniff.
Hablando en serio
La verdad es que Ella Baila Sola aportaron al pop español algunos hits incontestables y cantaban rematadamente bien.
Sus textos tienen un fondo adolescente que (a veces) lastra la efectividad del tema. O no. Porque ellas eran adolescentes aún, buscando el futuro y todas esas cosas.
Se preguntaban, por ejemplo, ¿Cómo repartimos los amigos? ante el fin de una relación.
¿No resulta enternecedor?
Y, atención, rebusque el joven de ahora mismo con curiosidad una verdadera joya musical: Ay de tí, ay de mí, versión de una canción de Aute que Ella Baila Sola convirtieron en gigantesca.
O, sin tanta literatura, una canción muy bonita.
Como eran casi todas las canciones de Ella Baila Sola. Canciones bonitas para una generación que descubría la vida.
Bello pero fugaz
Eso sí, Ella Baila Sola, a quienes llegamos a conocer como EBS, no duraron mucho. Su trayectoria se inscribe entre los años 1996 y 2001.
Fueron tres grandes discos y echaron el cierre.
Se separaron después de que se comentase una y mil veces que el desencuentro entre Marta y Marilia era de tal grado que ya ni se hablaban.
Una pena.
Quedaba repasar sus éxitos y contemplar sus estilismos tan (glups) 90's en videoclips como amores de barra.
Sí, Ella Baila Sola fueron grandes y luego el hechizo se deshizo y cada una por su lado (ni Marta ni Marilia) lograron nuevos éxitos. Siguen en la música, hacen conciertos, componen y cantan.
Y ahora vuelven.
Aunque a ver qué tal porque quizás la magia de Ella Baila Sola residía precisamente en que no pasaron de la adolescencia.
Si se hubieran hecho mayores, hubieran perdido encanto. A ver cómo canta una Amores de barra con cuarenta años a las espaldas.
Aunque, bien pensado, ¿por qué no?
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Fotos: Cordon Press