La Paris Fashion Week en su edición estival convierte las calles de la capital del Sena en una pasarela de la fama actual, sobre todo si atendemos a la lista de invitados e invitadas de Balenciaga, que convocó a nombres tan relevantes como Kim Kardashian (arriba, en la imagen) o Nicole Kidman.
Más invitadas de Balenciaga: Cardi B en París, absolutamente integrada en su papel de carnavalesca figura del pop mundial entregada a la fiesta de la moda.
Súmese otro nombre procedente de Hollywood: Patrick Swarzenegger, el actor de moda.
En el caso de Kim Kardashian (que, incluso, desfiló para Balenciaga), los paparazzis pudieron captar varios de sus excesivos looks parisinos: el rosa chicle de arriba, otro ajustadísimo en blanco y con tacones.
Menos no es más en el caso de Kim Kardashian y, de modo general, en casi ninguno de los desfiles que se ven en París. Hablamos de coleccciones de alta costura para el otoño / invierno y, por ejemplo, ahí están las operísticas creaciones de Viktor & Rolf. Un espectáculo de pura fantasía.
Otra propuesta: la de Zuhair Murad, más sosegada, con brillos de oriente y un aire de calma alejado de otros barroquismos parisinos.
Y Elie Saab con su combinación de historiados diseños y líneas depuradas ajenas a toda impostación.
Y la felicidad del front row resumida, por ejemplo, en esta imagen (en el desfile de Viktor & Rolf).
Y luego está la calle, la otra pasarela parisina.
Y así transcurre el verano en París, entre ataques furiosos de espantosa canícula, tormentas y mañanas que refrescan lo suficiente como para que celebridades y aspirantes a la fama se lancen a las hermosas calles de la ciudad a exhibir sus galas de fiesta.
Mientras, el mundo sigue girando, arde el Mediterráneo a una temperatura terrorífica y las guerras no cesan. Y la moda plantea una vía de evasión para quienes pueden gozar del lujo y también para meros observadores de la frivolidad convertida en arte.
Seguiremos informando.