Las encuestas auguran que París, muy pronto, puede acabar gobernada por la derecha pero, de momento, la socialista Anne Hidalgo sigue transformando la ciudad apostando por lo verde, la peatonalización y un urbanismo sostenible que trata de disminuir el ruido y la polución que caracterizan toda gran urbe.
Y ahora, el Sena se abre al baño y los más osados acuden a darse un chapuzón en las aguas de un río que, hasta hace poco, todavía tenía un fondo lodoso de cloaca.
Locales y visitanes vuelven a bañarse en pleno París y eso, a buen seguro, se agradecerá en medio de sucesivas olas de calor que están azotando Francia entera.
Fue en 1923 cuando se clausuraron los baños en el Sena, así que esta recuperación resulta histórica. El proyecto llevaba años discutiéndose y ya existían playas en el Sena pero solamente para tostarse al sol, no para sumergirse en las aguas del río.
Son tres, por hora, las zonas habitlitadas para el baño en el Sena: en Bercy (distrito 12), Bras Marie (distrito 4) y Bras de Grenelle (distrito 15).
El modelo de ciudad que la alcaldesa Anne Hidalgo plantea para París tiene que ver con ese sueño de la “urbe de los 15 minutos” (con todos los servicios cerca y la posibilidad de acceso a pie) y con el ecologismo y la capacidad de hacer más habitables las megalópolis.
Sin embargo, el signo de los tiempos es otro y la alcaldesa parisina recibe críticas muy duras de la derecha (y no digamos de la extrema derecha) por sus restricciones al vehículo privado. El automóvil, para la derecha, ha de volver a las ciudades. La realidad es que no resulta fácil la marcha atrás de ciertas medidas pero sí puede ponerse freno, por ejemplo, a la expansión de la peatonalización de grandes áreas o (como hizo la derecha española empujada por la extrema derecha de Vox) eliminar los carriles para bicicletas.
Sea como sea, París sigue peleando por una transformación a mejor y ahí está el Sena para los bañistas como ejemplo.
Busquen cerca del Pont Marie y allí encontrarán uno de los rincones para solazarse en las aguas del río emblemático que surca la capital francesa.
(Por cierto, si de encuestas hablamos -lo hacíamos al principio-, existe también una esperanza: la fuerza de los ecologistas, que podrían convertirse en el primer partido de París y, en alianza con los socialistas, quedarse con el poder en la capital. Veremos).