Cinemateca vacacional / La ley del deseo

A punto de cumplir una década como director, Pedro Almodóvar llegó a 1987 con una de sus películas más recordadas e icónicas: La Ley del Deseo. 

Como el propio director ha comentado, la cinta es todo un homenaje y una celebración del Madrid de los 80, el de La Movida, el que marcó toda la carrera de Pedro Almodóvar.

Un Madrid que, visto a día de hoy, parece antediluviano. Sin franquicias por doquier, con esa magia de lo que entonces se consideraba cosmopolita, con ese aura de ciudad amigable y amable que hace tiempo se perdió. El Madrid del que varias generaciones se enamoraron y cuyo amor ahora les impide marcharse. Sí, se puede decir que el Madrid de los 80 inició un romance idílico con millones de personas que, con el paso de los años, se ha vuelto completamente tóxico. En La Ley del Deseo se puede ver ese inicio del amor, el del momento de las mariposas en el estómago.

El estreno de ‘El Deseo’

Pero más allá de Madrid, La Ley del Deseo supuso la primera cinta producida por El Deseo, una apuesta arriesgada de los Hermanos Almodóvar que, a la postre, daría el pistoletazo de salida a una carrera independiente, con carácter propio y sin doblegarse a las peticiones de los grandes estudios. La Ley del Deseo cumplió el deseo del director castellano-manchego, poder seguir contando sus historias, a su manera.

En este éxito y despegue tuvieron mucho que ver los dos protagonistas de la película: Tina y Antonio, esto es, Carmen Maura y Antonio Banderas. En ese momento, quizás, los dos intérpretes más aclamados, deseados y admirados del panorama interpretativo patrio.

Si por separado levantaban pasiones, juntos eran pura dinamita. La película desborda sexo desde el primer minuto y Maura y Banderas parecen estar deseando quitarse la ropa en todo momento, para contentar el fuego interior de todo espectador que entrara en la historia.

Y por si no quedara claro el punto hot de la película, Pedro Almodóvar lo hacía más patente con una de las escenas más icónicas del cine español: la de la manguera. Carmen Maura pidiendo que la rieguen, una manguera formando un arco de agua perfecto y la actriz dejando con la boca abierta a todo el mundo. Comparar esta escena con la de Marilyn y su vestido levantándose en La Tentación Vive Arriba puede parecer osado, por la relevancia global de la actriz norteamericana, pero Carmen Maura no tiene nada que envidiar a la Tentación Rubia, tanto en sensualidad, como en iconografía.

Obviamente, es una película que no envejece demasiado bien, simplemente por lo ya comentado, el Madrid de hace 35 años, parece el Madrid de hace dos siglos. Han pasado más de dos generaciones entre aquella capital que dibujara Almodóvar y a la actual. Y a pesar de todo, La Ley del Deseo es una película a revisitar cada cierto tiempo. Cada visionado deja nuevos matices y Antonio, pero sobre todo Tina, enamora un poco más que la vez anterior.

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