Existe una isla, allá por el archipiélago de las islas Galápagos llamada isla Floreana, en la que las condiciones de vida no son nada fáciles. Una isla que se convirtió en refugio para piratas y balleneros y que albergó un puesto de correos para que las misivas surcasen el océano. Que fue un penal, donde ubicaron una empresa de conservas de pescado y fue objeto de estudio por parte de Charles Darwin.
Pero lo que allí ocurrió a principios del siglo XX, fue mucho más rocambolesco que todo esto. Tanto, que el cineasta Ron Howard ha decidido llevar su historia al cine en Edén, un filme que acaba de ser presentado en Toronto y que cuenta entre sus actores principales a Ana de Armas, Jude Law, Vanessa Kirby y Sydney Sweeney.
Sí, al verla es probable que pienses que se trata de una obra de ficción, porque los personajes son rocambolescos y su historia extraña de principio a fin. Pero no, ocurrió de verdad, y lo más impactante de la historia es que la mitad de las personas implicadas en el suceso murieron o desaparecieron sin dejar rastro. ¿Qué ocurrió? Nadie lo sabe.
‘Edén’, una historia de supervivencia
La historia comienza con el Dr. Friedrich Ritter (Jude Law) y su pareja Dora (Vanessa Kirby), que viven totalmente aislados en una casa construida por ellos mismos y cuidan de su jardín y sus animales de forma autosuficiente.
Pero la fantasía se ve interrumpida por la llegada de Margaret (Sydney Sweeney), su marido Heinz (Daniel Brühl) y su hijo Harry (Jonathan Tittel). Margret está embarazada y con ella llega la escena más dura de la película, cuando se pone de parto en una cueva remota rodeada de animales salvajes.
Mientras las dos unidades familiares aprenden a coexistir, llega otro grupo liderado por una autoproclamada heredera conocida como La Baronesa (Ana de Armas), junto con dos hombres (Felix Kammerer y Toby Wallace) que están pendientes de todos sus caprichos. Así comienza una lucha de poder por el control de la isla.
Una historia real
Como hemos comentado, Howard se basó en una historia real para crear su particular Edén. El doctor alemán Friedrich Ritter se instaló en la isla con su amante, Dore Strauch, para vivir aislados en la naturaleza tras haber abandonado a sus respectivos cónyuges.
En 1932 llegaron a Floreana tanto la baronesa Eloise Wagner de Bousquet como el matrimonio Wittner. La Baronesa iba acompañada de tres hombres, que se dice que eran sus tres amantes: Lorenz, Philippson y Valdivieso, y su idea era fundar en la isla un hotel de lujo. Por su parte, Margaret dio a luz a Rolf pocos meses después de llegar a la isla y después nació Floreana, su segunda hija.
Pero un par de años después, Philippson y la Baronesa desaparecieron en extrañas circunstancias. El principal sospechoso fue Lorenz, pero su cadáver apareció tiempo después en la isla Marchena. A continuación fue el doctor Ritter el que murió intoxicado y Dore Strauch volvió a Alemania, donde ingresó en un psiquiátrico.
En la actualidad, la isla Floreana está habitada por una pequeña comunidad que vive en perfecta comunión con la naturaleza, y es posible hospedarse en el hotel Wittner, fundado por la propia Margaret y gestionado por su hija Floreana y su nieta Erika.