La historia real tras ‘Vigilante’, el último éxito de Netflix

La historia real tras ‘Vigilante’, el último éxito de Netflix

Netflix se ha convertido, desde hace años, en un referente del género true crime. Sus contenidos basados en hechos reales arrasan y, de paso, ha regalado joyas como Making a Murderer o Dahmer. Curiosamente, una de las series true crime de Netflix que más ha inquietado a los espectadores no cuenta con un psicópata, un asesino o un crimen al uso.

En Vigilante, la obra creada por Ryan Murphy, se juega con la psicología, los miedos y los secretos de los espectadores y los protagonistas. No hace falta cometer un crimen de sangre para dar mucho miedo. Sobre todo, cuando el gran público se entera que la historia que se cuenta en Vigilante, ocurrió en la vida real. Si no la conoces, prepárate para sospechar de todos tus vecinos.

Fue la periodista Reeves Wiedeman quien publicó, en 2018, un artículo titulado ‘The Haunting of a Dream House’ en la revista ‘New York Magazine’, contando la historia de los Broaddus. Todo comienza en Nueva York, cuando Derek y María, un matrimonio feliz y con tres hijos, compra la casa de sus sueños en Westfield, Nueva Jersey. Era verano de 2014.

La dirección exacta de la casa, como se relata en el artículo, es el 657 Boulevard en Westfield, una zona de rentas media altas con casas por encima del millón de dólares. En el caso concreto de esta casa, su precio superó los 1,3 millones de dólares

Tres días después de comprar la casa, el sueño se transforma en pesadilla, a raíz de una carta que hace una inquietante advertencia sobre la casa y cómo está siendo controlada. La carta va firmada por El Vigilante y dirigida a Los Nuevos Propietarios. La familia Broaddus casi no había comenzado las reformas ni, por supuesto, se había instalado, cuando una carta dio la vuelta a toda su nueva realidad.

En la misiva, no sólo amenazaba a los hijos de los Broaddus, sino que también hacía referencia a que iban a ser vigilados 24/7. Y para colmo, llegaron más cartas. Al no tener remitente ni matasellos, quedaba claro que las cartas se habían dejado en persona en el buzón.

El 657 de Boulevard está ansioso por que te mudes. Han pasado años y años desde que la sangre joven gobernaba los pasillos de la casa. ¿Has encontrado ya todos los secretos que guarda? ¿Jugarán los jóvenes en el sótano? ¿O tienen demasiado miedo a bajar allí solos? Yo, en su lugar, tendría mucho miedo. Está lejos del resto de la casa. Si estuvieras en el piso de arriba, no les oirías gritar”. La carga psicológica que implica la recepción de este tipo de cartas provocó una angustia tremenda en Derek y María. Alguien quería que abandonaran la casa de sus sueños.

La historia se publicó en 2018 y, rápidamente, se viralizó, hasta el punto que Ryan Murphy ha creado una serie basada en la experiencia de los Broaddus para Netflix. Eso sí, la versión de Ryan Murphy incluye un poco de entes sobrenaturales, otro poco de pasadizo secretos y conexiones con QAnon. La historia real es más sencilla y, precisamente por eso, más perturbadora.

En posteriores cartas, se detallaban elementos como el modelo de coche de la familia, los empleados que reformaban la casa y, lo más preocupantes, los tres hijos. Los Broaddus acudieron a policía, abogados y Ayuntamiento para lidiar con el asunto pero la solución más efectiva pasaba por vender la casa de sus sueños, sin apenas haberla disfrutado.

Pero claro, una vez que la casa se hizo famosa por lo ocurrido, la venta se complicó sobremanera. Los Broaddus eran sinceros sobre lo que ocurría en la casa y los potenciales compradores huían despavoridos. Mientras, las cartas seguían llegando y el tono y las amenazas eran cada vez más ásperos e inquietantes.

Todas las ventanas y puertas de 657 Boulevard me permiten observarte y seguirte cuando te mueves por la casa. ¿Quién soy yo? Soy El Vigilante y he tenido el control de 657 Boulevard durante casi dos décadas. La familia Woods te la entregó. Era su momento de seguir adelante y, amablemente, la vendieron cuando se lo pedí”, contaba otra carta. “Paso por allí muchas veces al día. El 657 Boulevard es mi trabajo, mi vida, mi obsesión. Y ahora también es de la familia Broaddus“.

La situación llegó a tal extremo que la familia Broaddus jamás llegó a vivir en el 657 Boulevard de Westfield, como sí pasa en la serie de Netflix. Obviamente, pusieron por delante la seguridad de su familia. En cuanto al Vigilante, jamás ha sido atrapado. Una muestra de ADN dejó entrever que podría ser una mujer pero no dio más pistas.

Finalmente, la familia Broaddus vendió la casa por 959.000 dólares, perdiendo más de 400.000 dólares con respecto a lo que habían pagado por ella. Antes de irse, los Broaddus recibieron una última carta. “¿Habéis averiguado ya quién es el Vigilante? Mirad alrededor, idiotas. Quizás me hayáis hablado, uno de vuestros presuntos vecinos que no tienen ni idea de quién puede ser El Vigilante. O quizás lo sabéis y estáis demasiado asustados para contarlo a nadie. Bien hecho”.

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