Que sí, que Barco de Vapor está muy bien, que Harry Potter es increíble y que siempre están a mano para que nuestros hijos lean algo en verano pero, ¿por qué no recuperar un clásico de ayer, hoy y siempre para cambiar un poco el tiro estas vacaciones?
No hace demasiado, releí una de las novelas que más me impactó siendo un púber de provincias en La Mancha más profunda. Y lo hizo porque para mi yo juvenil, viajar a Melilla era como viajar a otro mundo, absolutamente alejado de mi realidad.
Además, Fernando Lalana acierta de pleno con un estilo narrativo directo, descripciones detalladas y un lenguaje coloquial que, más de 30 años después, no ha perdido vigencia.
Con Morirás en Chafarinas, Fernando Lalana escribió una novela negra en la que no tomaba por un crío al lector y eso, a mi yo de 14-15 años, le hizo creer que estaba madurando, un elemento clave para comenzar la verdadera maduración, en un proceso que nunca termina.
Lo cierto es que esta historia que el autor propone, tiene todo lo que yo podía pedir a una novela aunque aún no lo supiera. Una trama enrevesada y mínimamente complicada, ni una sola persona en la que confiar, muertes, drogas, militares y un personaje inescrutable como Cidraque, absolutamente hipnótico. A todo eso, súmale un final cerrado pero abierto a interpretaciones que te deja masticando el asunto durante días o, como en mi caso, años.
Todo comienza con una partida de heroína adulterada que desemboca en un militar perdiendo la vida, tras saltar de lo alto del minarete de una mezquita. A partir de ese momento, Jaime, el protagonista de esta historia, se verá involucrado en la misma, casi sin saber cómo. Y lo hará de forma natural, al igual que se moverá al son que le marque Cidraque, cuyo magnetismo es de tal calibre que, por momentos, cada vez que aparece su nombre, llega a dar un escalofrío al lector.
Corrupción, intereses, mucho dinero de por medio y lo habitual en estas historias, con el añadido de ser concebida como una novela juvenil, ideal para dar el salto a una lectura más adulta.
Básicamente, Morirás en Chafarinas es el libro que muchos padres necesitan para hacer ver a sus hijos que les ven como algo más que infantes. Una suerte de libro de autoayuda porque no es fácil afrontar esa conversación, como tampoco lo es que ellos la entiendan. La vida en directo, que diría Mercedes Milá.
JESÚS REDONDO
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