Lindsay Lohan no es la primera actriz famosa que resurge de sus cenizas, pero quizá sí la primera que lo hace tantas veces. La actriz, que triunfó en la primera década del nuevo siglo con películas como Chicas malas, tocó fondo a base de escándalos, excesos y otras adicciones que la alejaron de los rodajes. Pero Lohan se ha reformado y ha logrado reinventarse de la mano de Netflix.
Su alianza con Netflix
Este año asistíamos perplejos a su resurgimiento cuando su comedia romántica de Netflix, Un deseo irlandés, se convertía en una de las más vistas de la plataforma. No, no es una película de Oscar, pero le ha hecho firmar un acuerdo con el gigante del streaming para continuar produciendo y protagonizando más filmes exclusivos para ellos.
Protagonista de la navidad
El 27 de noviembre veremos el nuevo fruto de este acuerdo entre Lindsay Lohan y Netflix: Nuestro secretito (Our Little Secret). Una nueva comedia romántica navideña en la que comparte protagonismo con Ian Harding (Pretty Little Liars).
Regreso a Disney
Y todo va de bien en mejor para Lindsay, que ha firmado con Disney el remake de su gran éxito de 2003, Ponte en mi lugar. El filme, que protagonizó junto a Jamie Lee-Curtis y que trataba de una madre y una hija que intercambiaban sus cuerpos, fue un gran éxito del momento y su remake está programado para el próximo verano.
Un icono de moda
Sí, el séptimo arte la ha perdonado y detrás han venido las grandes firmas de moda. Balenciaga, Saint Laurent o Michael Kors han vuelto a invitarla a sus front rows, donde hace gala de un estilo más maduro y pulido que en sus inicios.
Inicios en el cine
Pero, ¿cómo empezó todo? En 1998 conocíamos a Lindsay en la película Tú a Londres y yo a California, donde interpretaba el papel protagonista por duplicado. Se convirtió en uno de los rostros más famosos de Disney, protagonizando otros títulos como Ponte en mi lugar o Quiero ser superfamosa.
Modelo infantil
Pero no fue el primer trabajo de Lohan. La actriz comenzaba su carrera como modelo infantil a la edad de tres años, llegando a desfilar para Calvin Klein en niños y Abercrombie kids. También apareció en más de 100 anuncios de televisión, incluidos los de Pizza Hut y Wendy’s, así como un anuncio de la marca Jell-O con Bill Cosby.
‘Chicas malas’, su gran éxito
Ya en la adolescencia, la neoyorquina protagonizó uno de los grandes éxitos del 2000, la icónica Chicas malas. Aunque parecía una película menor, el tiempo la ha convertido en una comedia de culto que trataba temas muy importantes para los jóvenes.
Probando suerte en la música
Fue en esta época cuando probaba suerte con la música, lanzando su primer disco, Speak. La gente se acercaba a ella debido a su éxito, pero las críticas no fueron buenas. Llegó a lanzar un segundo disco, pero nunca consiguió arrancar.
Vida loca
Todo comenzó a ir cuesta abajo y sin frenos cuando hizo pandilla con Britney Spears y Paris Hilton, copando los titulares de la prensa amarillista. Sus juergas etílicas eran ampliamente fotografiadas y su reputación comenzó a decaer.
Descenso a los infiernos
Cuando la actriz cumplió 20 años, entró en una espiral autodestructiva. Desde 2007 y hasta 2010 fue detenida varias veces por conducir bajo los efectos del alcohol, posesión de cocaína, robo de joyas… los escándalos eran su tónica habitual.
Entró en prisión
Lindsay Lohan fue condenada en 2010 a ingresar en prisión 90 días, de los que solo cumplió 14. Su descenso a los infiernos continuó, violando en varias ocasiones la libertad condicional y siendo condenada otras tantas veces.
Adiós a su carrera
Su vida personal empezó a afectar a su carrera y los directores con los que trabajaba amenazaban con emprender acciones legales contra ella por su errático comportamiento en el set. Llegó a perder el papel de Linda Lovelace (la actriz que protagonizó Garganta profunda) cuando incluso se habían publicado fotos de ella caracterizada como el personaje.
Resurgiendo poco a poco
Fue resurgiendo poco a poco con pequeños trabajos, tanto en el cine como en televisión. De hecho, a principios de año realizó un pequeño cameo en el remake musical de Chicas malas, además de reunirse con el antiguo elenco para un anuncio publicitario.
Relaciones tóxicas
Lindsay ha tenido varias relaciones a lo largo de su vida, pero una de las que más le marcó, y para mal, fue la que mantuvo con el joven millonario ruso Egor Tarabasov, que la maltrató física y emocionalmente en diferentes ocasiones.
Y por fin, la estabilidad
Actualmente está casada con el banquero Bader Shammas, con quien reside en Dubai. Junto a él ha sido madre de un niño llamado Luai, quien parece haberle puesto definitivamente los pies en el suelo.