A punto de terminar 2022, el balance televisivo para algunas cadenas es desolador. Lo de año nuevo, vida nueva debería ser un imperativo en 2023 si algunos quieren cambiar una tendencia que ya se prolonga durante meses.
Hablamos de audiencia, eso sí, no de otras cuestiones. Que Pablo Motos o Ana Rosa Quintana sigan siendo líderes en sus respectivas franjas es para hacérselo mirar como país pero así es la vida.
Sea como sea.
Vamos allá y no se lo tomen a mal los perjudicados y perjudicadas.
Pasión de Gavilanes (Telecinco)
Lo realmente duro para Telecinco con la continuación de Pasión de Gavilanes, no es que no funcionara sino que la serie original de 2003 fue repuesta en Nova y, en proporción, funcionó mejor que los nuevos capítulos de 2022 en Telecinco. Esta segunda parte comenzó con datos tremendos. Los dos primeros capítulos estuvieron por encima del 18% de share,. Pero en poco más de un mes, esa media había bajado del 10% de cuota. Escaso para la tremenda inversión que supuso adquirir los derechos de la serie.
Mapi (La 1)
Las cosas como son: olía a batacazo desde que se estrenó en verano y es una pena porque Jandro es un tipo que cae muy bien y el concurso tenía un formato familiar muy interesante. Pero hablamos de TVE y lo rancio siempre se cuela por algún lado. En este caso, los invitados, que podían ser los mismos que en un programa de 1997. El Sevilla, La Mari, Poty, Leo Harlem, Mariló Montero… Bueno, y luego estaba Mapi, a quien mucha gente ha acabado odiando con toda su alma. Sea como sea, el programa duró 60 emisiones.
Para toda la vida (Telecinco)
La versión española de The Bachelorette ha sido un batacazo tremendo. Pese al talento y buen oficio que Jesús Vázquez garantiza siempre, la primera gala de este esapcio no logró pasar del 8,7% de cuota de pantalla, dejando claro desde un primer momento lo que en Mediaset ya saben hace tiempo: la fórmula de los realities ya no es lo que era y toca reinventarse.
Diseñando tu amor (La1)
Tras casi una década, La1 ha vuelto a abrazar las telenovelas con Diseñando tu amor, una serie que arrasa en América. Ahora, España no es América y, desde su lanzamiento a finales de noviembre, las medias de audiencia de la telenovela se han movido en torno a un pobre 5%. Es cierto que este formato requiere tiempo para fidelizar pero, ¿tiene tiempo TVE para dejar la serie en antena?
¿Quién es mi padre? (Telecinco)
Quizá el formato hubiera podido funcionar pero la elección de los protagonistas… Llevar a Javier Santos (que se reclama hijo de Julio Igleisias) en el primer programa, teniendo en cuenta que lleva 20 años paseando por la televisión, no resultó una idea brillante para atraer a la audiencia. Y aunque pareció remontar con Albert Solá (que reivindica su vínculo con Juan Carlos de Borbón), los datos no fueron para tirar cohetes y el programa fue cancelado tras cinco emisiones.
Idol Kids 2 (Telecinco)
La primera temporada no funcionó como esperaba y la segunda fue casi peor. Omar Montes, Lara Álvarez, Ana Mena o Camela estaban implicados en este talent musical. ¿Qué pudo fallar? TODO.
La Gran Confusión (La1)
Xavier Sardá era Dios con Crónicas Marciana pero con La Gran Confusión ha caído a los abismos. Cuatro emisiones tardó de pasar del prime time extraño de TVE, las 22.00 horas, a la 01:00. Lo que el programa dejó claro es que Sardá es un tipo fiel a su gente. La nómina de invitados parecía un viaje a la historia de Crónicas Marcianas: Paz Padilla, Loles León, Boris Izaguirre, Bertín Osborne, David Bustamante, Bibiana Fernández…
Café con Aroma a Mujer (Telecinco)
William Levy es muy guapo pero no falible. Telecinco se encomendó a Café con Aroma de Mujer para hacer frente a las potentes tardes de Antena 3 y fracasó de forma estrepitosa. Se puede decir que la telenovela estuvo más tiempo en promoción que en Telecinco, pues en tan sólo dos semanas y tras cosechar un pobre 7% de audiencia, fue enviado a Divinity, donde está yendo algo mejor. Lo duro del asunto es que en Netflix sí ha funcionado.
Sálvame (Telecinco)
A pesar de que las audiencias son de lo mejor de Telecinco, la sensación generalizada es que Sálvame agoniza y le queda poco en antena. El público ha perdido interés en el programa, se ha cansado del chovinismo temático que manejan y muchos de los implicados en Sálvame ya asumen que, más pronto que tarde, se acabará esta maravillosa aventura que en 2022 ha entrado en estado crítico.
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