Cinemateca estival / Isla bonita

Y, de repente, el último verano. En Menorca concretamente. Isla bonita es una de las mejores y más juveniles películas de Fernando Colomo y la rodó a sus setenta y pico años, allá por 2015, al margen de la industria, de manera muy hippy, sin apenas recursos, con una ayudita de Coca Cola (de ahí la presencia sorprendente en el filme de Marcos de Quinto), unos ahorrillos y pasando la gorra aquí y allá. Eran tiempos de crisis así que Fernando Colomo (el gran Colomo, maestro de la llamada comedia madrileña y autor de clásicos como La vida alegre) regresó a sus orígenes, a Rohmer principalmente, a la esencia de su cine, tan francés, como el de Fernando Trueba, tan Truffaut también, claro, por supuesto.

Fernando Colomo trabajó en esta película con actores y actrices no profesionales, improvisando, con un leve hilo argumental deliciosamente veraniego, y logró resumir la alegría vacacional de lo imprevisto, la sensualidad de las noches estivales, cuando gentes de todas las edades confluyen en una danza tribal que nos conduce a una alegría primaria, sin complejidades.

Aunque luego está el asunto del amor, que (a veces) se complica en verano, y así sucede en Isla bonita pero solamente para demostrarnos que lo mejor es asumir cuánto merece la pena ser libres.

Emociona Isla bonita, y nos conduce a tiempos mejores, cuando Cahiers du Cinéma y todo eso.

Pero eso otra cuestión.

¿Y lo de Marcos de Quinto? Pues ahí le tienen y es digno de verse. No sé si a propósito o de modo casual, Fernando Colomo le dio a quien por entonces era jefazo en Coca Cola un personaje que le retrata vivamente: el perfecto directivo de inefable cretinismo, yate grande y pecho de palomo. Borda el papel, todo hay que decirlo.

No me digan que con todo lo que les he contado no es suficiente para correr en busca de esta joya que pasó un poco desapercibida y no hay derecho.

Acudan a RTVEplay en busca de esta preciosa miniatura repleta de belleza y emoción.

La pena es que luego Fernando Colomo regresó a la industria (tampoco se lo vamos a recriminar, hay que pagar las facturas) y sus películas posteriores no tienen el fuste artístico y vital de esta. Qué se le va a hacer. En todo caso, sabemos que cualquier día Colomo filmará otra obra maestra. Su talento no se ha agotado. Pero es que Isla bonita resulta (valga la redundancia) tan bonita. Y tan absolutamente libre.

Bueno, pues eso, que aquí no hay edadismo que valga.

Hay gente que rebasados los 70 años hace películas modernas y jóvenes (véase este caso) y mastuerzos veinteañeros que ruedan películas fosilizadas.

Ah, sí, y en el reparto no son todo exactamente actores o actrices no profesionales. Olivia Delcán (Bambi en Vis a vis) inició aquí su carrera y está fabulosa. Hay que mencionar su carisma natural. Y Fernando Colomo de actor es Fernando Colomo, divierte verle pero en Isla bonita se confirma que tomó una buena decisión dedicándose a dirigir cuando salió de la Escuela de Cine.

DANIEL SERRANO