Momentos estelares en la piscina / Harrison Ford, 1983

Harrison Ford, el Xabi Alonso de los 80, dominó aquella década con puño de hierro gracias a dos personajes para la eternidad: Han Solo e Indiana Jones.

El tipo era toda una estrella de Hollywood y, como tal, se bañaba con gafas de sol en la piscina de su mansión de Los Ángeles. En el cine había sido Han Solo pero en esa piscina no estaba tan solo como parece.

Es más, ese mismo año se había casado con la guionista Melissa Mathison, con quien tendría dos hijos: Malcolm (1987) y Georgia (1990). Ojo, eran las segundas nupcias del actor, quien en 1979 se divorció de Mary Marquardt. Y es que, el bueno de Harrison Ford, en esta foto piscinera tenía 41 años.

Engaña que hablemos de los 80 porque parece que por aquel entonces todo el mundo era joven. La realidad es que Harrison Ford ya no lo era, pero es que ahora ha cumplido 82 años que sigue sin aparentar.

Cosas de la vida y de la boda, Harrison Ford y Melissa Mathison se acabarían divorciando en 2004, tras 20 años de matrimonio, y esta separación le saldría por un pico al actor. 85 millones de dólares se llevó su ex pareja, récord absoluto por aquel entonces que, a día de hoy, serían en torno a 140 millones gracias a la inflación. Vamos, suficiente para no volver a hacer un guión en la vida o comprarse una piscina como la de su ya ex marido.

Eso sí, Harrison Ford se quedó con su rinconcito húmedo de la mansión. Adoraba esa zona y era habitual encontrarle leyendo guiones a remojo. Es más, por fechas, es posible que tuviera entre sus manos La Costa de los Mosquitos o Único Testigo, dos de sus trabajos más potentes y reivindicativos como el pedazo de actor que era.

Ahora, más que buen actor, Harrison Ford era un seductor. Sí, estaba casado, era fiel pero, aún así, seducía. Si no, de qué se hace esta foto piscinera.

Harrison Ford tiene ese aura que tiene la gente magnética tipo Dua Lipa, Margot Robbie o Damiano David, pero es que si a esta gente la metes en una piscina, puedes quedar embarazado si les miras más de 3 segundos.

Sea como sea, un Harrison Ford a remojo no es algo que se vea todos los días, por lo que disfrutaremos de las vistas de su mansión.

JESÚS REDONDO