El gran duelo televisivo de la temporada se produjo y, en cuanto a audiencia, ganó Victoria Federica, invitada a quien Pablo Motos rindió pleitesía de un modo estomagante, con ese servilismo tan profundamente español. Porque en la televisión, ayer por la noche, se dirimió una batalla entre las dos Españas.
La España de Broncano resumida en La Revuelta exhibe irreverencia, humor inteligente, ademanes progresistas y formas de stand up comedy que, quizás, no se ajustan al ritmo de un access prime time. Broncano se burla de quienes le han retratado como un palanganero de Pedro Sánchez, Grison luce tatuaje del presidente del Gobierno y de Motos, Ricardo Castella se sorprende (“¿no vamos a lavar el cerebro a la gente? Yo pensaba que al final del programa la mitad del público serían gays y la otra serían menas”) e irrumpe un invitado ajeno a la celebridad convencional, un campeón de surf que es invidente. Y con esos ingredientes logra Broncano la proeza de un 17’1% de audiencia, según revelaba a primera hora Dos30.
¿Y Motos? Pablo Motos ofreció lo de siempre, ese conservadurismo adornado con chistes tontorrones, el brillo de un plató por el que transitan colaboradores entregados a la causa y el clima cálido que suele acompañar la llegada de invitados a quienes se pretende hacer la pelota a conciencia. En este caso, Victoria Federica de Marichalar y Borbón. Resultado: El Hormiguero obtuvo un 23% de share.
¿Resistirá La Revuelta en este combate cuerpo a cuerpo tras este arranque? Resulta difícil saberlo. Broncano no renuncia a nada. Traslada a TVE (con otro nombre) La Resistencia que tantos adeptos ganó en Movistar. Pero se hace complicado tener fe en que el público mayoritario vaya a consumir una propuesta así teniendo enfrente un programa que las niñas y niños adoran y puede verse en familia sin sonrojo alguno, porque las familias españolas (muchas de ellas) no opinan que meterse con Pedro Sánchez u ofender a las mujeres sea lesivo para las mentes infantiles. Que te vote Txapote,
Broncano no se salió del guion. Mola. Nos gusta. Y nos gustaría que gustase a una amplísima franja de telespectadores. Pero Pablo Motos es mucho Pablo Motos, y en nada seguramente se traerá a Will Smith a bailar y hacerle las palmas.
Veremos.
DANIEL SERRANO
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