Se puede ser de izquierdas y admirar el enorme talento de Charlton Heston. Incluso se puede ser progresista y despreciar ese momento de Bowling for Columbine en que Michael Moore humilla al anciano actor que, poco antes, ha protagonizado una exaltación de las armas de fuego en una convención de la Asociación Nacional del Rifle. A la gente le hizo mucha gracia esa secuencia pero yo sólo pude ver a un crepuscular astro de Hollywood que tuvo la cortesía de abrir las puertas de su mansión a un tipo desconsiderado que se lanza a acosarle con acusaciones fuera de lugar.
Y no pueden obviarse las posiciones extremadamente conservadoras de Charlton Heston.
Gore Vidal asegura que en Ben-Hur se le ocultó el carácter homosexual de la relación que su personaje mantenía con Messala. “No lo hubiera aceptado” explica Gore Vidal.
Da igual.
Charlton Heston fue el Cid (sí) pero también tuvo un periodo glorioso como protagonista de cintas apocalípticas: El planeta de los simios (1968), El último hombre vivo (1971) y Cuando el destino nos alcance (1973). Una trilogía fabulosa de enfoque ideológico no precisamente derechista.
Estamos hablando de alguien que, como John Wayne, tenía un carisma especial. Esa vieja virilidad hoy caduca pero que, en su momento, resumía la soledad del héroe frente a toda adversidad.
También está el Charlton Heston crepuscular de Mayor Dundee (1965), esa incomprendida obra maestra de Sam Peckimpah. O cuando hizo de mexicano para Orson Welles en Sed de mal (1958). Y sus papeles en Cuando ruge la marabunta (1954) o 55 días en Pekín (1963).
Su filmografía está repleta de películas muy bien escogidas, de trabajos arriesgados. No se limitó a seguir un camino en línea recta. En su carrera no fue tan conservador como en su vida privada.
Y por eso, caramba, me apetecía reivindicarle.
Es buena época para buscar las películas de Charlton Heston en las plataformas de streaming y comprobar lo buen actor que era.
DANIEL SERRANO
Noticias Relacionadas
‘Fábula de los conejos’ por Ismael Serrano: otro épico y hermoso himno
Fue Papá, cuéntame otra vez un himno generacional que certificaba el fin de 1968 y (quizá) presagiaba ese 15M de fugacísimas ilusiones. Muchos años después,…
¿La gente de la Movida se ha vuelto facha o ya lo era?
"Somos Gabinete Cailgari y somos fascistas" dijo Jaime Urrutia para presentarse en el escenario cuando el celebérrimo grupo debutó en el Rock Ola allá por…
Laberinto Deneuve o la novela de lo que nunca sabemos
Dejarse llevar hacia el misterio es preciso para disfrutar al completo de Los tigres no pueden esperar eternamente, la novela de Sonia Fides que tiene una…