Anda Ismael Serrano buscando la canción más triste del mundo en el crepúsculo alargado de estos días de furia. Ahora mueren en Gaza los que morían en Vietnam. O en un kibutz donde el horror se condensa en una sangre que viene de lejos, procedente de viejísimas afrentas, luchas sin esperanza. Disculpen la melancolía y vamos a lo que vamos. Anda Ismael Serrano estrenando disco y he aquí un análisis aproximado, verso a verso.
La canción de nuestra vida es el título de este último trabajo de Ismael Serrano.
Contiene nuevas piezas, versiones insólitas (o no tanto) y un viejo tema de los tiempos heroicos, aquellos en los que éramos reyes por las calles de Huertas (tú ya me entiendes).
Adelante, camaradas.
1. La canción de nuestra vida
Otra aportación generacional de Ismael Serrano pero válida para varias generaciones, por supuesto, igual que Yesterday no sólo es para octogenarios que penan su nostalgia. “Está por escribir nuestra historia todavía” sentencia el cantautor porque (y eso lo mencionará en otra canción de este disco) “la única lucha que se pierde es la que se abandona”. Una pieza evocadora, levemente herida de melancolía, un inventario de emociones y la certeza de que, amigas y amigos, es inevitable hacerse mayor. Y no pasa nada. Suena muy pop, muy bien, muy reconfortante. Nada de tristezas abisales.
2. Saber ganar
A medio camino entre Joaquín Sabina y Silvio Rodríguez se sitúa esta balada sobre la necesidad de asumir que no siempre se pierde. No todo van a ser despedidas en un aeródromo neblinoso como en Casablanca. Hay veces que el cielo se toma por asalto y logramos el mejor amor. Lo que pasa es que luego, al día siguiente por la noche, hay que bajar la basura. No sé si me explico.
3. Esto no es una canción de desamor
Otra canción autoimpugnatoria. Ismael Serrano negándose a glorificar el desamor. Y hace muy bien. No más lágrimas, que cantara Santiago Auserón.
4. Un vestido y una flor
Sí, el clásico de Fito Páez versionado por Ismael Serrano, una inmensa canción de amor trasladada a un territorio cálido, cercanísimo, como un susurro que nos provoca una sensación feliz. Gran momento del disco.
5. Fábula de los conejos
Un fabuloso himno que suena a clásico desde la primera escucha. Quizá la mejor canción del disco. En la tradición del más bello folclore, de Bob Dylan o Peete Seeger, de Paco Ibañez y Chicho Sánchez Ferlosio. Clásica y moderna, como la librería de Buenos Aires que tanto nos gusta.
6. Un muerto encierras
Recuperación de una canción devastadora que escribimos en ese tiempo de absolutos que es la adolescencia. El fin del amor y sus terrores. “Ya nunca volverán a hacer nada por vez primera”. Y la alusión a la huída de El Principito. De esas piezas que dan muchas ganas de llorar y, precisamente por ello, nos sanan. O nos aniquilan si la oímos en un mal momento. En fin. Podría ser la canción más triste del mundo que busca Ismael Serrano.
7. Ella
Empieza con unos arreglos muy Norah Jones y luego se convierte en preciosa balada urbana con forma de poema en la que cabe el vagón de metro que cada día nos arrastra a nuestro destino. La canción de autor moderna no sería nada sin los subterráneos por donde circulan tristes habitáculos por cuyas ventanas, de cuando en cuando, se cuela un amor inesperado. Que es lo que sucede en esta pieza.
8. Burbujas de amor
La sorpresa del disco: la conexión entre la bachata y la canción de autor. Muy bonita, la verdad. Y el merecido homenaje a Juan Luis Guerra, uno de los más grandes de la música popular latinoamericana.
9. Un pedacito de tierra
No hay castillos de arena en las playas del mundo. El apocalipsis musicado por Ismael Serrano. Una dura canción al hijo. Moby Dick resopla o tal vez agoniza en el agua sucia del océano. Pero están nuestras hijas e hijos que, confía el cantautor, salven el mundo. Cada generación salva el planeta y lo condena. “Cuando el mundo era más joven”.
10. Tiempo
Una nueva colaboración entre Nach e Ismael Serrano, rap y canción de autor, una combinación siempre provechosa (que se lo digan a Marwan, que tan bien le salió en 5 gramos de resentimiento).
11. Me amo
Un delicado videoclip para una miniatura que reivindica la diversidad. “Somos lo que el espejo no refleja del todo” canta Ismael Serrano. Ni la edad ni las medidas o características exactas de nuestros cuerpos nos definen. Ese es el mensaje.
12. Los amantes invisibles
Igual que en Cállate y baila (de un anterior LP) comprobamos aquí lo bien que funciona la mixtura de las voces de Ede e Ismael Serrano. El amor después del amor (o durante).
13. Estaré ahí
Unas notas de piano ofrecen el necesario dramatismo a esta página manuscrita con los consejos para la madurez o también para la inmadurez, versos para sobrevivir en este tiempo de incertidumbres. Un resumen del tono de este disco, pausado, climático, un tanto en penumbra, pero rotundamente hermoso.
Y, sí, digamos que soy juez y parte a la hora de realizar esta disección musical aproximada pero juro que los lazos fraternos no me ciegan. O no completamente.
DANIEL SERRANO
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