Iniciamos aquí un recorrido por las canciones que en toda verbena popular española que se precie han de sonar. Una guía para descubrir piezas que son obras maestras o, quizá, simples placeres culpables para las noches de verano. Y comenzamos con La ventanita. Sí, esa que dice “desde que me dejaste / la ventanita del amor se me cerró” (que a buen seguro tantas noches han bailado Gunilla y su fiel Luis Ortiz a lo largo de incontables saraos marbellíes).
En España, 1994 fue al año en el que Alejandro Sanz pisaba fuerte sobre el escenario y en el que los Platero cantaban que había poco rock & roll (y eso que no sabían la que se nos venía encima con el reggaeton). En las discotecas se bailaba al ritmo de Saturday Night, y en las cadenas de música se reproducía una y otra vez las cintas de Bon Jovi para escuchar Always o de The Cranberries para intentar imitar a la inimitable Dolores O’Riordan cantando Zombie.
Pero nos pongamos como nos pongamos, en la calle se bailaba La ventanita, un clásico de la música tropical que nos hacía mover las caderas como si supiéramos hacerlo. Una canción que, si te paras a pensar, es mucho más triste de lo que podríamos deducir por sus simpáticos acordes.
Y es que La ventanita trata del DESAMOR en mayúsculas, de un sentimiento de soledad y desamparo cuando la otra persona te deja. De hecho estamos ante una canción que refleja como ninguna otra una relación de dependencia, afirmando que no es nada sin su cariño y que estar sin ella es como una ‘condena’. Pero no nos vamos a poner exquisitos, porque, ¿quién no ha bailado al ritmo de La ventanita?
Múltiples versiones
El cantautor dominicano Mickey Taveras es el responsable de que no puedas sacarte de la cabeza la letra de esta canción. Pero, aunque él la compuso, jamás la interpretó, dejándole ese honor a otros intérpretes como Sergio Vargas o la agrupación mexicana Garibaldi. En total, son 48 los grupos que la han versionado, proporcionándole al autor miles de dólares en concepto de derechos de autor.
En España, la versión que triunfó fue la de Garibaldi, una agrupación de pop mexicana que tenía poco de música y mucho de proyecto de marketing, como ocurriría posteriormente con grupos como las Spice Girls o los Backstreet Boys. Pero no le hacía falta demasiado a este grupo centrado en la salsa, el merengue, la lambada y el dance.
En el resto del mundo, la versión que más se escuchó fue la del artista ergio Vargas, cantante dominicano de merengue y bolero que hace tres años y con más de 60 ganaba el Latin Grammy por su último álbum Es merengue ¿Algún Problema?.
Pero hubo más. También en 1994 triunfó con su Ventanita el Grupo Sombras, con Daniel Agostini a la cabeza, que transformó el merengue en cumbia, llevando este género a todas las emisoras de radio, algo que no se había visto hasta el momento.
Una canción pegadiza como pocas que aún hoy sigue escuchándose en todas las plazas de los pueblos interpretadas por agrupaciones con nombres tan variopintos como Orquesta Panorama, Amanecer o Armonía. Esos momentos de las fiestas populares donde es tan probable encontrarte a tu tía abuela bailando agarrada con el frutero como a tu gran amor de juventud en pleno arrebato de amor etílico con la profesora de matemáticas. Momentos impagables Made in Spain.
SARA FLAMENCO
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