‘Las noches de Tefía’: ficción y memoria histórica

El Festival de Málaga  fue el escenario en el que ATRESplayer Premium presentó su nueva apuesta por la ficción, una serie que nos muestra la cruda realidad de lo que ocurrió en nuestro país en el franquismo.

Pensarás que ya se ha contado todo sobre esta etapa en series o películas como Las 13 rosas o La voz dormida, pero lamentablemente, es una época de la que pueden extraerse numerosos argumentos que parecen sacados de la más retorcida de las mentes pero que ocurrieron en realidad.

Eso es lo que ocurre con Las noches de Tefía, una serie creada por el dramaturgo Miguel del Arco, que nos habla de los campos de concentración que Franco creó para, básicamente, recluir a todos aquellos que no pensaban, vivían o sentían como él.

Las noches de Tefía nos traslada a un paraje desértico de Fuerteventura, donde el dictador creó un campo de concentración que decidió llamar Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, para quedar bien.

En este lugar se enfiaban a los condenados por la ley de vagos y maleantes que no fue derogada hasta 1995 y que, a partir del 54, fue implementada para incluir también a los homosexuales.

En el año 2004 Airam Betancor, uno de aquellos presos homosexuales, recuerda los diecisiete meses de trabajo forzado que padeció en la colonia cuando apenas tenía veinte años. Casi un año y medio en el que, cada noche, esperaban ansiosos las historias de Charli, que les trasladaba a un cabaret ficticio donde podían ser quienes realmente eran.

Tres realidades en una sola ficción

Por un lado tenemos el pasado, una tragedia en la que Airam y el resto de presos realizan trabajos forzados en el campo de concentración franquista. Por otro lado tenemos el presente, un 2004 en el que Airam cuenta su experiencia a un documentalista que está haciendo un trabajo de investigación para que lo ocurrido no quede en el olvido. Y para rizar el rizo, nos encontramos el mundo onírico, un ficticio cabaret donde los presos se escapaban cada noche para evadirse de la realidad que les había tocado vivir.

Se trata de tres mundos dentro de un sólo universo que no sólo se diferencia por el marcado contraste en lo narrado, sino también a nivel estético. Así, la historia del campo de concentración está narrada en blanco y negro, haciendo alusión a la vida gris y el momento oscuro que estaban viviendo.

Esto contrasta con la saturación de colores que se ve en cada escena del cabaret Tindaya, ese mundo onírico que se inventa cada noche otro de los presos, Charli, el personaje interpretado por Miquel Fernández. Allí, cada personaje tiene un alter ego y en esos sueños pueden ser libre, felices y mostrarse tal y como son.

 

Y para terminar, el tercer universo es el presente, ese 2004 narrado también a color pero con unos tonos más realistas, menos saturados.

“Yo quería una mezcla salvaje, porque creo que el sentido del humor forma parte de la resiliencia del ser humano. Esos campos de concentración eran algo terrible y para ellos era absolutamente necesario agarrarse a algo que les permitiera vivir. Y eso era importante, esa manera de salvarse a través de la ficción”, afirma Miguel del Arco a El Español.

El creador tenía miedo de que su proyecto no pudiera salir adelante, como afirmó durante la presentación y recoge FórmulaTV: “Estamos en España y aquí hablar del régimen franquista cuesta muchísimo trabajo y crea muchos resquemores”. Afortunadamente ATRESplayer Premium le dio libertad absoluta para contar la historia sin ninguna línea roja.

Un reparto espectacular

Quizá el personaje más reconocido de esta serie es Patrick Criado interpretando a La Vespa, a quien hemos visto en otras producciones como La casa de papel o Antidisturbios. Pero el eje de la historia es Marcos Ruiz, que da vida a Airam, el personaje que vemos en 2004 y retrocede hasta los 50 para recordar esta dura etapa de su vida.

Ambos, están acompañados por un reparto de lujo como son el ya mencionado Miquel Fernández (Fariña), Raúl Prieto (La chica de nieve), Javier Ruesga (Más de 100 mentiras), Luifer Rodríguez (30 monedas), Jorge Usón (Para entrar a vivir), Israel Elejalde (Madres paralelas), Roberto Álamo (Antidisturbios), Mingo Ávila (Hierro), José Luis García Pérez (Cachorro), Carolina Yuste (Hasta el cielo), Jorge Perugorría (Vientos de La Habana) y Ana Wagener (Intimidad).