Luis Tosar en ‘El fantástico caso del Golem’

El surrealismo cañí es un género que no gusta a todo el mundo. Ni tiene por qué. Películas como Amanece que no es poco tiene fervientes admiradores y otros que no dicen que la odian porque les despellejarían en la plaza del pueblo. Como decir que no te gusta El Padrino o Los Soprano. Pecado.

Pero luego vienen dos cineastas como los Burnin’Percebes (Juan González y Nando Martínez), abrazan el surrealismo más absoluto y no acaban de encontrar su público.

Quizá el tiempo los convierta en directores de culto. O no. El caso es que ellos siguen intentándolo y han estrenado en el Festival de Málaga su última creación: El fantástico caso del Golem.

La película comienza cuando, después de una noche de fiesta, David se precipita borracho desde una terraza ante la impotente mirada de su amigo Juan (Brays Efe) y, cuando su cuerpo impacta contra el capó del coche de un vecino, se desintegra en mil pedazos.

Juan se da cuenta de que nadie le da importancia a un hecho tan insólito y decide investigar: así descubre que su amigo era un Golem y, lo peor, que hay muchos más como él.

Un reparto de estrellas

Los directores han sido fieles a su elenco habitual, empezando por Bruna Cusí y Javier Botet, protagonistas de su tercera película La reina de los lagartos.

Pero no se han quedado ahí, sino que han apostado por caras más conocidas, como Anna Castillo (La llamada), Roberto Álamo (Que Dios nos perdone), Luis Tosar (Celda 211) o Tito Valverde (Reinas), además, por supuesto, de Brays Efe (Paquita Salas), protagonista del filme.

Profundidad dentro del surrealismo

En declaraciones de ambos directores a EFE, confesaron que el argumento de sus películas lo obtienen de “chorradas que luego se van haciendo bola de nieve y cuando ya llevamos una semana explicándonos una historia que nos hace gracia, pues ya vemos cómo darle forma”.

Pero detrás de esas chorradas de las que hablaban los cineastas, tratan de tocar temas más interesantes y profundos. En esta película se habla de la relación padre hijo, de la frustración por no encontrar pareja, del enamoramiento, de la influencia de los algoritmos en nuestra vida…

“Son cosas que todo el mundo reconoce pero que están contadas desde un prisma surreal, con una narrativa muy poco convencional que no deja de ser el mundo en el que vivimos, que ya de por sí es muy extraño“, dice Tosar en declaraciones a EFE.