Cuando uno ve las fotografías promocionales que le hacían a Paul Newman da la impresión de contemplar a un hombre disfrutando. Y más si contemplamos con detenimiento su sonrisa en esta piscina donde aliviar el calor durante el rodaje de Éxodo en Israel. ¿Hubiera rodado Paul Newman Éxodo en la actualidad? Cabe preguntárselo ya que era una estrella de Hollywood de ideas progresistas y, claro, en aquel lejano 1959 se podía ser progresista comulgando con el sionismo (que de eso iba la novela de Lev Uris y su correspondiente adaptación cinematogáfica) pero… ¿hoy? ¿En plena masacre de Palestina? En fin, absurdas disquisiones ucrónicas porque Paul Newman hizo que hizo en el tiempo histórico que le tocó vivir y, además, aquí hemos venido a hablar de piscinas.
El caso es que Paul Newman exhibe absoluta naturalidad en esa imagen acuática. Era una de sus virtudes, sonreir como si fuese verdad. Poseía motivos para la felicidad porque en ese año de 1959 cuando se tomó la fotografía acababa de ser protagonista de tres grandísimas peliculas: La gata sobre el tejado de zinc, El zurdo y El largo y calido verano. Tenía 33 años y había alcanzado ya el estrellato. Venía del Actor’s Studio pero sin la intensidad arrebatada de Marlon Brando, insobornable en su absolutamente personal histrionismo mascullado.
Paul Newman era un actor considerado y, además, galán a quien se promocionaba como uno de los guapos oficiales de Hollywood. Así fue durante muchos años y llegó a competir con Robert Redford, con quien compartió protagonismo en clásicos como Dos hombres y un destino o El golpe.
Las sombras de la piscina se proyectan sobre el fondo en el blanco y negro de la fotografía y Paul Newman apenas asoma la cabeza, satisfecho de habitar el agua, como un pez hermoso, estamos en Israel pero olvidémoslo, es un verano feliz de 1959 que el actor, suponemos, siempre recordaría.
Por allí, quizás, estuviera Joanne Woodward, su esposa, la mujer con quien compartió vida hasta el final de sus días. Acababan de casarse en el momento de la foto.
La gente en Hollywood se extrañaba. ¿Cómo demonios hacen para no divorciarse? Todo el mundo se divorcia en Hollywood y en todas partes.
Pero Paul Newman no lo hizo y aseguraba que era feliz.
La verdad es que Paul Newman siempre nos pareció un tipo feliz.
Incluso cuando murió hijo Scott, destrozado por las adicciones, en 1978. Fue la gran tragedia en la vida del actor pero siguió adelante. Siguió sonriendo. Volvió a lo grande con El color del dinero. Continuó trabajando hasta el final. Conservando una elegancia que iba más allá de su obvio atractivo físico.
Echamos de menos a Paul Newman, la verdad.
O, tal vez, echamos de menos cuando en la televisión ponían sus películas, cuando era Harper, investigador privado, o devoraba incontables huevos en una prisión donde le nombraban indomable.
Ahora las películas de Paul Newman hay que buscarlas en Filmin o ir a la Filmoteca.
Y queda ese brillo en blanco y negro de la gran estrella que fue, disfrutando en el agua de una piscina, hace ya más de medio siglo, cuando rodó Éxodo.
DANIEL SERRANO
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