‘Superestar’: mucho más que la historia de Yurena

Érase una vez una joven aspirante al éxito (como cantante, actriz o mero personaje televisivo y del cuché) cuyo nombre inicial era Tamara pero acabó rebautizándose bajo el alias artístico de Yurena.

Salía en programas como el Tomate y la acompañaba su madre, doña Margarita Seisdedos, que se hizo célebre porque (decían) llevaba un ladrillo en el bolso para defenderse de los paparazzis groseros.

Y ahora Nacho Vigalondo en asociación con Los Javis y Netflix preparan una serie titulada Superestar que, según las primeras informaciones, algo tiene de biografía apócrifa de Yurena.

Pero ¿qué sabemos de Superestar?

Los locos 2000 (y Crónicas marcianas como epicentro)

En 1997 nacía un Crónicas Marcianas descafeinado con el objetivo de competir contra La sonrisa del pelícano. En aquel momento aportaba menos sensacionalismo y un humor más blando pero todo cambió con la cancelación del programa de Pepe Navarro. En ese momento se quedó con toda la audiencia y el éxito se le subió a la cabeza.

Así fue como Javier Cárdenas comenzó a recorrerse España con el objetivo de encontrar a personajes surrealistas a los que entrevistar y de los que mofarse, en realidad. Pero no sólo de frikis vivió Crónicas Marcianas.

Gran Hermano y otros realities se convirtieron en la cantera de colaboradores y entrevistados y sentaron las bases de lo que luego perfeccionaría Sálvame. ¿Que a qué nos referimos? A tener un microcosmos propio que genera sus propias noticias con las que alimentar su contenido.

En total duró ocho años en emisión, convirtiéndose en el programa de medianoche más longevo y más visto de la historia de la televisión española. Pero la temporada 2004-2005 vio cómo la audiencia bajaba paulatinamente y, antes de acabar peor, decidieron despedirse para siempre siendo todavía líderes.

Vida de Yurena (antes Tamara)

“No cambié, no cambié, no cambié. Sigo siendo la misma pero ya no sufro por tu querer”. Si has leído esta frase cantando, perteneces a esa generación que vivió el cambio de siglo con conciencia. En la primera década del 2000 llegaba una estrella a copar todas las televisiones del país. Esa era la artista anteriormente conocida como Tamara, que por cuestiones de derechos tuvo que cambiarse el nombre a Yurena, pero que, con un nombre o con otro, alcanzó un éxito a veces teñido de escarnio.

Comenzaba su andadura televisiva allá por el año 2000 en Crónicas Marcianas, cuando apareció de fondo en un vídeo del vidente Paco Porras. Los responsables del programa, con un ojo muy bien entrenado para detectar filones de éxito, le daban su protagonismo propio dejándole interpretar sus canciones No cambié y A por ti.

En ese momento se suponía que tenía un romance con el vidente pero tras su separación, y después de tirarse los trastos a la cabeza, se  nía a Leonardo Dantés y Toni Genil, que posteriormente la traicionarían porque en aquella época, lo más importante era tener minutos en la televisión.

Ella siempre fue distinta. No quería pertenecer a ese grupo que otros denominaban frikis y se tomaba muy en serio su carrera musical, pero no lo tuvo fácil para desembarazarse de esta etiqueta. Pero ella lo intentó.

Así, publicó su disco Superestar amadrinada por la mismísima Alaska y fue considerada por sus fanes un «icono gay» y fue portada entre muchísimas otras revistas, de la revista Zero, siendo una de las pocas mujeres que la ha ocupado a lo largo de la historia de la publicación.

Pero su carrera musical no terminaba de despegar, así que intentó permanecer en el candelero apareciendo en diversos programas como el reality Hotel Glam, donde encontró el amor junto al peluquero y exmarido de Karina, Juan Miguel. Pero no, tampoco salió bien en esta ocasión.

¿Y qué hace ahora? Después de tener que cerrar su bar Glam Street, en pleno corazón del Malasaña madrileño, la cantante sigue haciendo sus pequeños bolos, pero no con la repercusión de antaño. Quizá con la serie de Netflix, la fama de Yurena vuelva a brillar.