Guillermo José Montesinos Serrano, quizá más conocido como Willy Montesinos, subía por primera vez a un escenario con tan sólo doce años en un grupo de teatro aficionado. Entró en la farándula y jamás abadonó ese universo. Porque a partir de ahí ha participado en 34 películas, 6 series y más de 15 obras de teatro.
Debutó en el cine en 1976 (en la olvidad película titulada La Carmen) y durante unos años interviene en multitud de títulos, aunque su carrera se centró sobre todo en el teatro durante aquella primera época.
Su gran momento de popularidad y plenitud artística llegó en los años 80, gracias a títulos como La vaquilla (1984), de Luis García Berlanga, La vida alegre (1987), de Fernando Colomo, o Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), de Pedro Almodóvar, donde interpreta a un inolvidable taxista excéntrico obsesionado con el mambo.
Un icónico papel que quedará para la historia del cine.
Pero si pasaste tu infancia en los 90, seguro que lo recuerdas por haber encarnado a Casimiro Durán, el falso ciego de Los ladrones van a la oficina, una serie que hoy en día no tendría mucho tirón, pero que hacía las delicias de la España que comenzaba a disfrutar de la televisión privada.
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En la filmografía de Willy Montesinos (o Guillermo Montesinos) coexisten películas de culto como Amanece que no es poco y cine de autor del estilo de Últimas tardes con Teresa pero también productos comerciales sin más y artefactos inclasificables como Supernova, primera y única película de Marta Sánchez o Sangre y arena, con Sharon Stone (con quien relacionaron sentimentalmente al actor, cosa que él ha desmentido reiteradamente).
Willy Montesinos ha tenido que soportar ese calificativo absurdo de “actor secundario”, algo contra lo que ha sabido argumentar sabiamente: «Tanto en cine como en teatro, todos los papeles tienen que estar bien interpretados, da igual lo largos que sean». Así de fácil. Y con esa convicción lleva actuando más de 60 años y dedicándose al cine 47, porque le pone el mismo empeño a los papeles pequeños que a los grandes.
Un rostro fundamental del cine español, un cómico de talento, un actor al que nos une un entrañable cariño.
Willy Montesinos.
O Guillermo.
Como él prefiera.
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