Mira por donde el guapo de Ryan Gosling nació en la misma ciudad canadiense que Justin Bieber. Nada que ver entre ambos. O sí. Los dos comenzaron su carrera de críos. Ryan fue estrella infantil en Mickey Mouse Club y siguiendo haciendo sus pinitos en la televisión durante toda su adolescencia.
Sus padres eran dos trabajadores modestos que se divorciaron cuando Ryan era un niño. En la escuela, según cuenta, las pasaba canutas. Era el raro, le inflaban a collejas y no tenía amigos. Tampoco tenía la cabeza muy en su sitio porque, siempre según el propio relato de Ryan, un día después de ver Rambo se fue para el cole con cuchillos de cocina y se los tiró a otros chavales. Le expulsaron, claro. Luego, ya en secundaria, le diagnosticaron un trastorno por déficit de atención. En todo caso, al final dejó los estudios y se dedicó a lo suyo: la interpretación.
Ya a los 12 años había vivido en Florida ejerciendo de actor Disney y a los 19 se integró en el universo del cine indie. Su papel de delirante neonazi judío en The believer sorprendió muy favorablemente a la crítica. A partir de ahí inicia una esforzada carrera en Hollywood que poco a poco le coloca más alto. Es en 2011 con Drive y Los idus de marzo (a las órdenes de George Clooney) cuando se encuentra en su mejor momento profesional.
Y a la vez se convierte en un guaperas que, sobre todo el público moderno, venera.
De novias, naturalmente, se echa compañeras de trabajo, o sea estrellas de Hollywood. En 2002 se lía con Sandra Bullock. En 2005 está saliendo con Rachel McAdams, a la que ha conocido en el rodaje de El diario de Noa.
Tambíen se le atribuye algún que otro rollete con Blake Lively y Olivia Wilde.
En 2011 comienza una relación en serio con Eva Mendes. A día de hoy se supone que siguen pero los medios estadounidenses han publicado que la latina ha dado un toque de atención a Ryan. Más o menos Eva le ha dicho a Ryan que o se pone las pilas, se olvida un poco del trabajo y se compromete o se acabó lo que se daba. Y que ella va a cumplir cuarenta años y no está para tonterías.