La relativa importancia (política) de llamarse Taylor Swift

La relativa importancia (política) de llamarse Taylor Swift

Es Taylor Swift la estrella global más importante del momento. En la madrugada española del miércoles al jueves arrasó en los MTV Awards 2024 y fue aplaudida con furor cuando mencionó en los agradecimiento a su actual pareja, Travis Kelce, astro de la NFL (“todo lo que toca lo convierte en magia”). Y su post en Instagram anunciando su voto para Kamala Harris en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses ha desatado la euforia en las filas demócratas.

Y. sin embargo, ¿es tan influyente, políticamente hablando, Taylor Swift?

Donald Trump así lo cree pero es que Donald Trump padece una obsesión enfermiza por la fama y está convencido de que la celebridad obra milagros.

Pero, tal y como escribía B.D. McClay en The New York Times: “Si las celebridades tuvieran la cantidad de poder persuasivo que algunos estadounidenses les atribuyen, un porcentaje sustancial de la población ya serían fieles cienciólogos veganos”.

Y añadía McClay una reflexión sobre cómo un votante de orígenes árabes o religión musulmana, por muy swiftie que sea, no es probable que pueda introducir su papeleta en la urna ignorando la posición de Kamala Harris con respecto a la tragedia palestina.

Un buen ejemplo.

La política es algo más que ese frívolo juego de famosos millonarios apoyando candidaturas. Naturalmente que no está de más (todo suma) que llegue a la gente más joven el mensaje de una gran figura del pop como es Taylor Swift. Y, además, nos congratula que el pop se moje políticamente (siempre y cuando sea a favor de los nuestros, no vaya a extraviarse como Kanye West en el ascensor de la Trump Tower).

Pero el efecto Taylor Swift en la batalla política estadounidense pueden ser limitado. Igual que seguramente resulte más limitado de lo que creemos el coste de ese delirante momento en el que Trump habló de inmigrantes que desayunan gatos a la parrilla. Como reflexionaba en Daniel Bernabé en X: “La pregunta es si en Estados Unidos hay una mayoría de votantes que aún se siguen moviendo en las categorías de lo razonable”. Porque, efectivamente, con la inestimable ayuda de súper villanos tecnológicos como Elon Musk, hay una franja cada vez más amplia de la población mundial que transita por un mundo alternativo donde los migrantes almuerzan mascotas y en las vacunas hay chips para convertirnos en esclavos de Bill Gates.

Bravo por Taylor Swift ya que su compromiso político es una exhibición de honestidad cuando podría seguir ganando millones de dólares absolutamente ajena a la contienda partidista en Estados Unidos.

Pero su palabra no será suficiente para frenar a Trump entre amplias capas de la población estadounidense, entre esa coalición de votantes ricos que quieren que les bajen (más) los impuestos y elementos de las clases populares convencidos de que la cultura woke les está oprimiendo y, además, perciben claramente un empobrecimiento provocado por el alza de precios.

Make America Great Again sigue siendo un lema movilizadora para mucha gente en Estados Unidos.

O eso parece si se miran las encuestas, en las que el empate entre Kamala Harris y Donald Trump persiste.

En todo caso, gracias a Taylor Swift por añadir su esfuerzo de cara a que Estados Unidos no caiga en las salvajes garras de un tipo como Donald Trump.

DANIEL SERRANO

Noticias Relacionadas

La película porno de Sylvester Stallone que jamás existió

Artículos

Resulta un tópico biográfico reiterado el aludir a una presunta película porno de la que Sylvester Stallone fue protagonista en su juventud. El propio actor…

+

‘Cine de Medianoche’ en TVE: películas clasificadas S en la tele pública

Artículos

Hubo un tiempo en que películas de alto contenido sexual o violento no se pasaban por la televisión. Veníamos del franquismo y ya se sabe.…

+