Ya ha pasado medio siglo desde que una España a punto de enterrar a Franco entonara ese archiconocido Te estoy amando locamente. 50 años desde que conociéramos a Carmela y Tina, dos gitanas modernas que consiguieron conquistar el país, con su mezcla de flamenco y rock, bajo el nombre de Las Grecas.
En 1974 publicaban su primer disco, Gypsy Rock, que vendió 200.000 copias y las catapultó a la fama. Y eso es, precisamente, lo que Carmela, la única superviviente del dúo, celebraba junto a sus hijos y sobrinos con una reaparición estelar.
Pero no sólo celebra esta efeméride, sino también homenajea de esta manera a su hermana Tina, la otra mitad de Las Grecas que fallecía trágicamente en 1995, tras años de sufrir la adicción a las drogas y después de haberle sigo diagnosticada esquizofrenia.
Los orígenes de la leyenda
Carmela y Tina Muñoz pasaron su infancia en Argentina, donde entraron en contacto con la música estadounidense, desde el rock de Jimi Hendrix hasta el jazz de George Benson. Estas fueron las influencias musicales que se trajeron en la maleta cuando regresaron a España en 1970, con 16 y 13 años.
Así fue como comenzaron a actuar en diferentes tablaos, donde las encontrarían el productor José Luis de Carlos y el compositor Felipe Campuzano, con quienes se aliaron para publicar su primer álbum Gipsy Rock, donde aparecía el éxito Te estoy amando locamente.
Fueron cuatro los álbumes publicados por el dúo, que poco a poco iba perdiendo su brillo del principio, hasta que terminaron disolviéndose en 1979. Pero los verdaderos problemas llegaron en 1983, cuando se le diagnosticó a Tina una esquizofrenia paranoide, agravada por el consumo frecuente de drogas y alcohol.
Finalmente, tras una agresión a su hermana durante una crisis, ingresó en la prisión de mujeres de Yeserías y en varias clínicas psiquiátricas, de las que no tardó en huir. En 1995 fallecía en un centro de acogida de Aranjuez, a los 37 años de edad, a causa de la mala alimentación y de la enfermedad del sida que había contraído.
Carmela, por su parte, trató de resucitar el espíritu de Las Grecas en varias ocasiones con otras cantantes, incluso con la primogénita de su hermana, pero la cosa no funcionó. Y finalmente, se retiró a la calidez de su hogar, de donde sólo ha salido recientemente para homenajear a su hermana.