La chica de las líneas borrosas ha sabido hacerse hueco entre las modelos más demandadas del mundo, a base de tesón, fotos subidas de tono y un cuerpo curvilíneo de infarto. Emily Ratajkowsky, la chica del apellido impronunciable, se lo debe al origen polaco de su padre. Su marcado acento British, a las raíces inglesas de su madre. Y es que Emily O’Hara Ratajkowsky es un perfecto combo de nacionalidades en sí misma. No en vano, a pesar de su juventud, ha vivido en su Inglaterra natal, Irlanda, California y España. Toda una trotamundos. Más ahora que es una top model a todos los niveles.
Su primera gran oportunidad le llegó de la mano de la agencia Ford, que la fichó con tan sólo 14 años, pero será de la mano del fotógrafo Tony Duran cuando su nombre empiece a ser conocido en las pasarelas. Una fama creciente en el mundo de la moda que no quitará para que Emily Ratajkowsky siga haciendo sus pinitos en televisión y cine, con apariciones esporádicas en series como iCarly.
Apariciones esporádicas que, con el paso del tiempo han dejado de serlo. Y es que Emily ha participado en la exitosa cinta Gone Girl (Perdida) y en la versión cinematográfica de Entourage (El séquito). Apunta alto este joven talento.
Eso sí, si hay un trabajo que cambió por completo la vida de Emily Ratajkowsky, ése fue el momento en que aceptó aparecer en el vídeo Blurred Lines, el megahit de Robin Thicke y Pharrell Williams. Un videoclip, lanzado en marzo de 2013, en el que la modelo lo dio todo, literalmente. Durante toda la canción, Emily se pasea en topless, mientras Robin y Pharrell cantan la pegadiza canción.
Que el vídeo generó polémica es una obviedad. Como también lo es que se tuvo que grabar una versión light, en la que Emily llevaba la parte de arriba del bikini. Y aunque la canción supuso la bajada a los infiernos de su autor, Robin Thicke (divorcio, ruina, adicciones…), para Emily Ratajkowsky fue el salto definitivo al estrellato. Su cuerpo, sus movimientos, su mirada, sus labios, enamoraron a medio mundo. Desde entonces, la misión de la modelo ha sido terminar de enamorar al otro medio.
Para ello, la top no duda en compartir, muy a menudo, fotos suyas muy subidas de tono en redes sociales. No hay más que echar un ojo a su cuenta de Instagram para comprobar que sus cerca de dos millones de seguidores no son casuales. Emily gusta, sabe como gustar y le gusta gustar. No en vano, fue elegida mujer más sey del mundo por la revista GQ en 2014. Merecido premio para esta sorprendente diva de Instagram.
