Es la it girl británica del momento (con permiso de su amiga Cara Delevingne). Suki Waterhouse vio como su vida cambiaba cuando a los 14 años, un cazatalentos de la industria de la moda la descubrió.
Suki Waterhouse creció en Chiswick, Inglaterra y es hija de un prestigioso cirujano plástico, Norman Waterhouse, al que acuden algunas de las celebrities. Este no aprobó en un principio la incorporación al mundo de la moda de su hija. Sin embargo, a la tierna edad de los 16 años, Suki consiguió dar un repentino giro a su vida y hacerse un hueco en el mundo del glamour y las pasarelas.
Del kárate a imagen de Burberry
Ella misma confiesa que a esa edad solía vestir como un chico y competía a nivel nacional en kárate. Sin embargo, una directora de casting le dijo que si quería desfilar tenía que empezar a caminar como una mujer y fue entonces cuando descubrió que los vestidos y los tacones podían sentarle bien.
Suki Waterhouse dio sus primeros pasos como modelo de lencería y también como modelo para alguna de las campañas de Marks and Spencer.
El contraste entre sus marcadas cejas y la inocencia de su rostro hizo que muy pronto llegara la lluvia de marcas que la requerían como imagen para sus campañas: Divided, H&M o Saas&Bide fueron algunas de las que consiguieron llevarse el gato al agua.
Y en 2014, Burberry también apostó por ella y la británica se convirtió en imagen de la marca.
Pero la vida de Suki, lejos de estar está plagada de miles de inquietudes: la modelo también es actriz, fotógrafa y compositora. Ha participado junto a Lily Collins en la comedia romántica Love, Rosie y no es extraño sorprenderla en su tiempo libre componiendo mientras canta.
Lo que está claro es que la británica tiene algo que encandila. Y si no que se lo digan al que fue uno de los solteros más deseados de Hollywood (hasta que conoció a Suki y se quedó prendado): Bradley Cooper. Fueron novios y ahora ya no lo son. Una pena pero la vida sigue.
Todo actitud
Muchos son los que dicen que Suki tiene la nariz y los labios de Scarlett Johansson, la mirada de Twiggy y el flequillo espeso y la melena despeinada de Brigitte Bardot. Sin embargo, si por algo destaca la modelo es por su personalidad única.
Una casi obsesiva predilección por los años 60 y su estilo boho chic la hacen dueña de un estilo propio que ha conquistado a todo el universo celebrity y que le ha permitido entrar en el exclusivo grupo de it girls británicas como Alexa Chung, Cara Delevingne o Georgia May Jagger.
Y es que la actitud es su principal arma para distinguirse en el universo de las celebrities (y de las it girls): Respeto a cualquier persona que lleve bien su ropa. No importa lo que vista, simplemente que lo lleve con actitud.
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Fotos: Instagram
