Para este 2023, queridos dioses de la televisión, querríamos un buen proyecto para María Pombo (en la imagen de arriba) y otra/otros influencers de las clases altas madrileñas. O sea, un docurreality sobre la bohemia del barrio de Salamanca que, en vez estudiar ADE, se dedica a Instagram y esas cosas. En plan First Class (lo de Netflix con Aldo Comas y compañía) pero aderezado con el añejo toque barriosalmantino que incluye capeas, abrigos de visón y el mosquetón del abuelo requeté que luchó con Franco.
Más cosas.
Queremos enmendarnos y dejar de criticar a Pablo Motos pero que deje él de arrancar su programa con homilías fachas de difícil digestión y estamos en paz.
Nos gustaría disfrutar más de series como Élite y esas ficciones de chavalería sexualmente desatada pero estamos un poco de acuerdo con Paco León cuando dijo lo que dijo y luego se desdijo.
Vamos a empezar a negarnos a decir que toda serie que se estrena es una obra maestra por mucho que se empeñen quienes redactan las notas de prensa.
Prometemos descubrir si esa mujer llamada Ana María Aldón que sale mucho en los platós televisivos es la actual esposa, antigua esposa o futura esposa de Ortega Cano, cosa que no hemos logrado aclarar porque cambiamos de canal cuando ella habla.
A ver si nos quitamos de adicción a los true crime, porque resulta enfermizo que los documentales sobre crímenes sea lo que mejor nos venga para dormir la siesta.
De verdad que intentamos que nos guste El paciente, la serie muy intensa que protagoniza Steve Carell en Disney +, pero es que resulta soporífera y, además, usa el truco de alargar la trama como un chicle para abaratar el producto y venderlo en más capítulos y eso ya no cuela.
Contribuiremos a hacer justicia y decir LA VERDAD: ni Ana Rosa Quintana ni Susanna Griso tienen el reinado de las mañanas, ya que este imperio pertenece a Alfonso Arús, con un matinal que hace a base de sobras recalentadas de la cena de anoche pero que, oye, a la gente le gusta.
Que Jorge Javier se apriete los machos este 2023 que vienen curvas.
Y el propósito principal: conservar la fe en que, tarde o temprano, alguna serie nos conmocionará como, en su momento, lo hicieron Twin Peaks, Los Soprano, The Wire, Perdidos...
Feliz 2023.
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