Resulta que los grandes himnos (inter)generacionales, a veces, son inadvertidas miniaturas desprovistas de épica impostada y basta escuchar la voz delicadísima de Jeanette cantando Soy rebelde para pensar una España que transitaba del blanco y negro a los colores del pop.
Paloma Concejero ha dirigido un documental que toma a Jeanette como elemento central en un caleidoscópico retrato de nuestra Santa Transición y estamos ante una película tan fabulosa que caben José María García, Albert Pla, Cristina Almeida, Carlos Saura, Lidia Falcón, Manuel Alejandro, Carlos Tena, Emma Cohen, Coque Malla y muchos más. Soy rebelde es el título de esta pieza cinematográfica de alto voltaje artístico y testimonial. Apuntes de aquellos fabulosos 60 y 70 en los que el mundo cambió, cuando la juventud peleaba en las calles (de París o México DF, de Praga o San Francisco) y un grupo llamado Picnic liderado por una adolescente de quince años llegaba al nº1 con aquel Cállate, niña, no llores más.
La primera de las virtudes de Soy rebelde es que nos devuelve las canciones de Jeanette para que apreciemos el caudal artístico que contienen. Están, claro, Soy rebelde y ¿Por qué te vas? pero hay otras muchas bellísimas piezas en su repertorio e injustamente lo olvidamos porque somos un país ingrato y dado a tirar desde el campanario lo mismo a una cabra que a un artista que decidimos etiquetar como fuera de onda. Menos mal que luego hay juventud con criterio (los indies pero no sólo los indies) que reivindica a estrellas tan fulgurantes como Jeanete. Y un público fiel que pasa de los críticos seniles que cantara aquel.
Pero esta película va más allá de lo musical.
Es la historia de cómo cambió un país. De cuando las mujeres tenían que pedir permiso a sus maridos para realizar cualquier trámite administrativo, de los días de censura y represión, de la oscuridad que disiparon todos aquellos jóvenes, fuera corriendo delante de los grises, acudiendo a las matinales del circo Price o, simplemente, vistiendo una minifalda o dejándose crecer el pelo y la barba progre.
Y Jeanette estaba ahí.
Ella y otros camaradas de lucha musical. Resulta divertido escuchar a Micky (sí, el de Micky y Los Tonys) relatar cómo Adolfo Marsillach se pronunció en contra de los conciertos de rock en el Price y, cuando las autoridades los suspendieron, se fue con unos amigos a quemarle la casa al actor, por carca.
La libertad llegó a través de muchos caminos.
Gracias a la gente que militaba y penaba en las cárceles, por supuesto. Pero también mediante canciones que, simplemente, aportaban colorido a una España sepia que todavía tenía en el paladar un regusto a ricino amargo.
Y Jeanette estaba ahí.
Y Carlos Saura introdujo en Cría cuervos aquel ¿Por qué te vas? que se convirtió en un éxito formidable por toda Europa.
O Porque te vas, tal y como se leía en los títulos de las carátulas de los discos primeros que difundieron este clásico.
(Sobre si interrogación o afirmación se habla también en Soy rebelde, con José Luis Perales -autor de la canción- y Jeanette -intérprete- protagonizando una divertida desavenencia).
Mención aparte merece la historia personal de Jeanette, desde su infancia en California a cuando aterrizó en una Barcelona cuyas calles cruzaban aún burros tirando de carros. Y su juvenil y duradero matrimonio con László Kristof, un húngaro que escapó de su país tras la represión de 1956 siendo casi un niño, a pie por la frontera austriaca.
Paloma Concejero ya demostró en su premiado y elogiado Antonio Vega, tu voz entre otras mil que tiene un concepto diferente del documental. No se parece a lo que suele vese en Netflix y otras plataformas, no se trata de entrevistar al tuntún y tirar de archivo, sus películas tienen un trabajo profundo y eso se nota. Y Soy rebelde incluye, además, unas bonitas animaciones realizadas por Álvaro Ortega que aportan algo especial al resultado.
Y emociona ver a Jeanette en su faceta de diva de masas, allá en México, donde la adoran, y también persistiendo en su trabajo de artista aquí en España, rodando con su espectáculo en el que suma fuerzas con otros veteranos del rock y pop (como Micky o Lorenzo Santamaría).
Soy rebelde es una gran película y un modo estupendo de volver la vista atrás y descubrir cómo era esa España que tanto nos han (mal)contado. Una España de fusilamientos, guateques y verdaderas chicas yeyé cuyo talento continúa estimulándonos. Larga vida a Jeanette. Y busquen, como sea, este documental de Paloma Concejero y disfrútenlo, caramba.
DANIEL SERRANO
