Cada visita de Ernesto Sevilla a La Resistencia es motivo de celebración.
El colaborador del late night de Movistar+ acostumbra a contar historias personales que van desde fiestas recurrentes, su visita a una tienda de toallas o la aparición de la Momia Fantástica.
Quizás por tener siempre temáticas lúdico festivas, nadie esperaba que su último paso por el programa dejara la que es, de momento, historia más asquerosa que ha contado el cómico. Y, posiblemente, entre las más cerdas que ha escuchado David Broncano en La Resistencia
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Todo comienza con la hermana de Ernesto Sevilla haciendo prácticas de dentista, en una clínica a la que llega un hombre con un puente. Por cierto, un detalle que haya contado lo que es un puente porque, como dice el presentador, todo el mundo lo ha escuchado muchas veces, pero no todos saben qué es exactamente.
Ernesto Sevilla cuenta la historia de TOMATITO #LaResistencia pic.twitter.com/R2Q3JF52vL
— La Resistencia en Movistar+ (@LaResistencia) December 18, 2020
Resulta que estos puentes son de quita y pon y que cada noche se deben quitar y dejar metidos en agua para que se limpien Asqueroso pero efectivo.
Pues el protagonista de la historia decidió que el puente le quedaba de maravilla y no se lo quitó… ¡en 25 años! Y ojo a la apostilla de Ernesto Sevilla, quien añade que “tampoco se lavó los dientes en 25 años“. Vamos, debía dar gusto hablar con él.
Obviamente, le dolía. Lo raro es que no se le hubiera caído la boca.
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Cómo sería la cantidad de sarro que tenía el hombre, que “tuvieron que ir limipiándole por turnos“, pues el asunto se demoró durante horas, tal y como ha confirmado Ernesto Sevilla.
— (@ferchuu23) December 18, 2020
Muy buena historia ,un pelín asqueroseta.
— Eduardet (@eduarditrov) December 18, 2020
Ernesto Sevilla, el Funko humano
— Norberto R-H T (@Norby659) December 18, 2020
Así, una vez le quitaron todo el sarro y pudieron retirar el puente, encontraron en su interior una ramita. “Encontraron una ramita porque, durante los 25 años, el tío se había comido un tomate, entre otras muchas cosas, una semilla se le había quedado en el sarro y había germinado… ¡os juro por Dios que es verdad! Porque fue, si no le crece una tomatera ahí. Le hicieron fotos y todo”.
Qué asco.
Fotos y vídeo: Movistar+
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