El pasado -también dentro del mundo del cine y de la televisión- guarda oscuros secretos que, con el tiempo, y en ocasiones, salen a la superficie salpicándolo todo de polémica, por mucho que haga que sucedieron…
Ahí está el caso de Harvey Weinstein, que dio lugar al movimiento #MeToo, o el de Bill Cosby, que sigue coleando con nuevas denuncias hace apenas unas semanas por parte de cinco mujeres (también sobre el grupo NBCUniversal y los estudios Kaufman Astoria por conducta negligente al no impedir los presuntos abusos del cómico).
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Ahora se abre un nuevo capítulo dentro del libro de las barbaries del pasado cinematográfico. Y es este caso la denuncia ha caído sobre Paramount Pictures de la mano de Leonard Whiting y Olivia Hussey, Romeo y Julieta en la adaptación de la obra de William Shakespeare de Franco Zeffirelli de 1968.
El desnudo que generó la polémica
Lo cuenta la revista Variety. La película fue un éxito y fue nominada a cuatro premios Oscar, pero, ya en su momento, generó una gran controversia por una escena en un dormitorio con imágenes de las nalgas de Whiting y los senos desnudos de Hussey, siendo ellos apenas unos adolescentes (menores) de 16 y 15 años.
Ahora, 54 años después y con ambos intérpretes con 70 años ya cumplidos se han decidido por demandar a Paramount por “explotarlos sexualmente y distribuir imágenes de niños adolescentes desnudos“, una denuncia que ha llegado hasta el Tribunal Superior de Santa Mónica, en California.
La demanda pone el punto de mira directamente en el director italiano, que falleció en 2019 y al que acusan de engañarlos en aquel momento. Según Whiting y Hussey, Zeffirelli les aseguró que no habría desnudos y que no se fotografiaría ni se publicaría ningún desnudo en la película.
Pero, nada más lejos de la realidad, en el momento de la filmación les pidió que actuaran desnudos con maquillaje corporal, “o la película fracasaría”, y fueron grabados sin su conocimientos ni su consentimiento.
Aquello, cuentan en Variety, genero además problemas psicológicos en ambos que han arrastrado toda su vida, y supuso que perdieran oportunidades laborales a pesar de sus destacadas actuaciones, con unas carreras muy limitadas después de Romeo y Julieta.
Imágenes ilegales que no deben exhibirse
Así las ha definido el abogado de los actores, Solomon Gresen, en una entrevista de la que se hace eco Variety: “Las imágenes de desnudos de menores son ilegales y no deben exhibirse”.
Y añade: “Eran niños muy pequeños e ingenuos en los años 60 y no entendían lo que se les venía encima. De repente, se hicieron famosos a un nivel que nunca imaginaron y, además, fueron violados de una manera que no sabían cómo manejar”.
A estas palabras, el gerente comercial de la pareja, Tony Marinozzi añadió que “Lo que les dijeron y lo que sucedió fueron dos cosas diferentes. (…) Confiaron en Franco. A los 16 años, como actores, tomaron su iniciativa de que no violaría esa confianza que tenían. Franco era su amigo y, francamente, a los 16, ¿qué hacen? No hay opciones. No hubo #MeToo”.
¿Y por qué ahora?
La demanda que han interpuesto ahora y por la que reclaman más de 500 millones de dólares en daños, se basa, en parte, en la Ley de Víctimas Infantiles de California que suspendió temporalmente el estatuto de limitaciones para demandas antiguas sobre abuso sexual infantil y que se ha vuelto a poner en marcha.
Así, el caso de Leonard Whiting y Olivia Hussey no ha sido el único que ha visto la luz desde el 31 de diciembre, sino que han habido una gran afluencia de denuncias también contra los Boy Scouts of America y la Iglesia Católica, por poner algunos ejemplos.
Donde dije digo…
En otras dos entrevistas años atrás, Olivia Hussey ya habló sobre el tema. Fue el caso de una que concedió a la cadena Fox News, en la que quitó hierro al asunto diciendo: “Creo que porque se hizo con muy buen gusto. (…) En Hollywood todo aquello era un tabú, pero en Europa había un montón de películas con desnudos, así que no le dimos importancia“.
Ese mismo año, en otra entrevista a Variety, Hussey llegó a defender aquella escena “hecha con buen gusto (por Zeffirelli)”: “Nadie de mi edad había hecho eso antes. (…) Era necesario para la película”. Y añadió, en una argumentación totalmente contraria a la de ahora, “todos piensan que eran tan jóvenes que probablemente no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo, pero éramos muy conscientes. Ambos venimos de escuelas de teatro y cuando trabajas, te lo tomas muy en serio”.
Hablando sobre la película ya aparecieron en un encuentro que hicieron en 2016 -reuniéndose por primera vez desde 1968 para hablar de la película- como parte de Shakespeare on Film del BFI y el British Council…
Sea como sea -si han visto la luz o han perdido el miedo a contarlo y denunciarlo o va por otro lado-, la polémica ha saltado y ahora la pelota está en el tejado de la Paramount, que de momento calla y espera. Veremos en qué acaba todo esto…
ANTONIO SÁNCHEZ
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