Playas de leyenda / Omaha Beach: viaje al desembarco de Normandía

Las playas (o muchas de ellas) son lugares paradisiacos, regalos de la naturaleza para el esparcimiento y el descanso. Rincones de paz que, en algún caso concreto, como el de Omaha Beach, un día fueron el epicentro de una batalla de una encarnizada guerra.

Esta playa de 8 kilómetros con nombre en inglés, pero situada en la costa norte francesa, frente al Canal de la Mancha, entre las localidades de Vierville-sur-Mer y Colleville-sur-Mer, fue testigo de uno de los grandes acontecimientos que tuvieron lugar en la Segunda Guerra Mundial: el desembarco de Normandía.

Una playa que, en realidad se llama Côte d’Or, pero que todo el mundo conoce como Omaha Beach, el nombre en clave que le pusieron los aliados en aquel momento histórico y que ahí quedó para la posteridad, como pasó con las otras cuatro que, aunque menos conocidas, fueron entonces protagonistas: Utah, Gold, Juno y Sword.

Pero es Omaha el lugar donde todo nos traslada a aquel 6 de junio de 1944, cuando más de 140.000 soldados llegaban allí y daban inicio a la liberación de Francia de manos de los nazis bajo una lluvia de fuego y bombas. Algo difícil de imaginar paseando por la arena de la playa, pero que pone los pelos de punta solo con pensar que eso pudo pasar ahí, en medio de la paz y la brisa marina.

A Omaha Beach se llega fácilmente por carretera (E-46, para coger luego el desvío en la D-517) desde la ciudad de Bayeux, un lugar perfecto donde quedarse y visita obligada, no solo por la belleza que atesora en su casco urbano o por ser la sede del Museo de la batalla de Normandía, sino por toda la historia que se respira paseando por sus calles, como primera ciudad liberada tras aquel tremendo ‘Día D’.

 

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Una vez en ella, podemos disfrutar de su enorme extensión de arena y de un buen chapuzón. Un perfecto descanso que podemos acompañar de una visita a sus alrededores, donde se puede rememorar todo lo que ocurrió allí. Parte de la historia, de nuestra historia.

En Saint-Laurent-sur-mer podemos encontrar el Omaha Beach Memorial, un monumento de piedra en homenaje a los caídos sobre el que quedó marcado para el recuerdo la frase: “Las fuerzas aliadas que desembarcan en esta costa que llaman Playa de Omaha liberan Europa – 6 de junio de 1944”. También el Memorial Les Braves, inaugurado en 2004, una escultura que representa la libertad a través de unas alas con tres elementos que van de la mano de la esperanza, la libertad y la fraternidad.

 

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Y en Colleville-sur-mer no podemos dejar de ver el Overlord Museum y, sobre todo, el cementerio militar americano, construido en 1956 en una superficie de 70 hectáreas que Francia cedió a Estados Unidos y alberga 9.387 tumbas de soldados que perecieron en ese tremendo capítulo de la contienda. Todo ello sin olvidar, claro, el Pointe du Hoc, lugar estratégico desde donde los alemanes defendían la playa de Omaha y que 255 soldados americanos escalaron hasta hacerse con su control.

 

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Para comer y alojarse, de nuevo, una buena opción es Bayeux, como también lo son los pequeños pueblos costeros de la zona, donde disfrutaremos de increíbles paisajes naturales y urbanos, aunque monumentales, y un deliciosa gastronomía en la región de la sidra normanda y las galletas de mantequilla, como recuerda Condé Nast Traveller.

Historia y descanso de la mano. Paz en un rincón especial donde un día no la hubo… Una experiencia diferente para disfrutar de la playa.

ANTONIO SÁNCHEZ