Es posible que el nombre de Hannah Spearritt no suene a mucha gente.
Es posible, incluso, que el nombre de S Club 7, tampoco sea demasiado familiar.
Y a pesar de ello, Hannah Spearritt, integrante del grupo teen S Club 7, arrasó en todo el mundo a principios del siglo XXI. Fue componente de una de esas bandas que llegan, arrasan un par de temporadas, generan millones a la industria y luego se desvanecen en la memoria global.
Este grupo de pop inglés, formado por siete integrantes (la S significa Super), tuvo un lustro glorioso entre 1999 y 2004, cuando vendieron más de 14 millones de álbumes, dieron conciertos en todo el planeta, protagonizaron varias series de televisión, e incluso hicieron su propia película.
Pero el tiempo pasa y las cosas no van como uno espera. Aunque en el caso de Hannah Spearritt, no le fue mal del todo. Al principio. Tras salir de la banda, siguió trabajando en televisión de forma regular, con presencia en series conocidas como Invasión Jurásica, que en España se emitió en Cuatro (cuando Cuatro molaba). Pues bien, a pesar de ello, la actriz y cantante, a sus 41 años, se encuentra sin casa. Duerme en lugares prestados porque no puede permitirse un alquiler decente.
Lo ha contado la propia Hannah Spearritt en una entrevista a The Sun, donde critica el sistema inmobiliario británico y confiesa el salario que cobraba como miembro de S Club 7, estando el grupo en la cresta de la ola (opina que no recibió el dinero adecuado).
“La gente cree que todos (los famosos) somos millonarios, pero por desgracia no es así“. El citado medio apunta a que Hannah Spearritt cobraba 150.000 libras al año durante su tiempo en la banda, y comparándolo con los 50 millones de libras que generaba el grupo, se antoja algo escaso el salario.
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En cuanto a la situación de la vivienda en Reino Unido, la artista cuenta que ella y su familia (esposo y tres hijas) tuvieron que abandonar su casa de alquiler en Londres porque el dueño necesitaba el dinero. Les dio dos meses para desalojarla pero se vendió en dos días, así que no tuvieron tiempo material para buscar alternativas. Por desgracia, alquilar otra vivienda dejó de ser una opción, ante las cantidades “demenciales” que les pedían por adelantado.
Y así es como la familia de Hannah Mearritt acabó viviendo en la oficina de un amigo. ” Fue estresante pero lo asumes”, señala a The Sun.
El problema es que desde que abandonaron la oficina, los Mearritt han pasado seis meses viviendo en casas de prestado. El matrimonio estaba poniendo en marcha una cafetería pero hubo un imprevisto (el marido de la ex estrella del pop enfermó) y, obviamente, esta circunstancia ha complicado el proyecto.
La precariedad de quienes fueron estrellas.
De hecho, Paul Cattermole, compañero y ex marido de Hannah Mearritt, también confesó haber tenido que vender un Brit Award por eBay para salir adelante. Dos artistas que, en circunstancias normales, y con lo que generaron, deberían tener dinero de sobra para vivir holgadamente el resto de sus vidas.
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