Hemos visto ‘Super Mario Bros’ y ahora sabemos por qué está arrasando

Era de esperar: Super Mario Bros: La Película ha arrasado en su estreno.

Las previsiones de Nintendo, Illumination y Universal, ya optimistas de por sí, cifraban la taquilla de su estreno en unos 200 millones de dólares en todo el mundo. Pues bien, Super Mario Bros: La Película se ha ido a 377 millones de dólares, convirtiéndose en el mejor estreno mundial de una película animada. Supera a la todopoderosa Frozen 2 que se fue a 358 millones de dólares.

Que habrá secuela y trilogía es un hecho. Ahora, mientras llega y no llega, este fin de Semana Santa con lunes festivo en los colegios, era ideal para ir a ver la película al cine, con peques incluidos, y descubrir los motivos por los que ha reventado la taquilla.

Vista de principio a fin, todo tiene sentido.

Para empezar, los creadores de Super Mario Bros: La Película saben que al cine van a ir millones de menores con millones de padres y la película se empeña en contentar a ambas generaciones. Y lo consigue de forma notable.

Para los más peques, la trama es espídica, con persecuciones, batallas, chistes facilones, guiños y momentos de risas hilarantes a conjunto en la sala de cine. Para los mayores, los guiños son, quizás, algo menos obvios (no demasiado) pero igual de efectivos. Desde todas las sintonías reconocibles de los videojuegos, a temazos ochenteros como I Need a Hero de Bonnie Tyler o Take On Me de A-Ha, pasando por referencias a juegos como Super Mario 64, F-Zero, Donkey Kong o Luigi’s Mansion. Por no hablar, claro está, de Mario Kart, muy presente en la parte principal de la trama.

Son 92 minutos de películas que se pasan volados y no dan respiro ni margen para que los peques se distraigan o se aburran. Es un cúmulo de estímulos constante, cambios de escenarios reiterados y elementos visuales hipnóticos para cualquier menor de 13 años.

Eso, y Mario. Y Peach. Si los vestidos de Elsa arrasaron hace 10 años, ojo a la que se viene con la Princesa Peach. Y ya no sólo hablamos de su vestido de princesa, sino al modelo de motera que se marca a mitad de la trama. Quizás, demasiado para menores pero son varios “yo quiero ese disfraz” los que se han oído en el cine, cuando ha aparecido la protagonista embutida en cuero blanco y rosa.

Sip, parece que Nintendo ha dado con la tecla y, esta vez sí, Mario tendrá su merecida franquicia. La única pena es que es el bueno de Bob Hoskins no viva para ver cómo han dignificado en cine al personaje que a él se le resistió.

JESÚS REDONDO