España ha estado al borde de la guerra civil durante el fin de semana a causa de Eurovisión, y la batalla cultural en redes y columnismo se ha recrudecido ya que parece ser que Rigoberta Bandini y Tanxugueiras representaban lo pijiprogre, el feminismo destructor y podemita, la prohibición de la chuleta y el separatismo. Chanel, sin embargo, dentro de esa interpretación política, encaja con los gustos mayoritarios de la gente que vive en los PAU’s y sueña con barbacoas gigantescas y veranear en Comporta, localidad portuguesa que paradójicamente es gobernada por los comunistas aunque sea lugar de esparcimiento para gente con posibles.
Pero ¿quién es Chanel? La curiosidad es transversal así que aunque usted vote a Íñigo Errejón o Joan Baldoví querrá conocer (sin duda) que esta artista nació en 1991 en La Habana. Sí, sus orígenes están en la Cuba castrista pero a los 3 años se mudó con su familia a Olesa de Monserrat, en el Baix Llobregat.
Su nombre real es Chanel, según la Wikipedia. Chanel Terreros concretamente.
Chanel ha peleado la fama artística del modo más convencional: musical tras musical, de Mamma Mia! a El guardaespaldas pasando por El rey León. Consta que bailó con Shakira en los MTV European Music Awards y también ejerció de bailarina en Tu cara me suena de Antena 3.
Estamos hablando de una esforzada proletaria de la farándula más ortodoxa, esa que ameniza los fines de semana de la gente que acude a la Gran Vía madrileña a ver al mago pop o a David Bustamente en Ghost.
Y ahora llegó su gran oportunidad. Con SloMo, una canción en espanglish que unos discuten y hay quien baila sin más.
No era la favorita pero SloMo, para el jurado, era la pieza más eurovisiva. Lo cual no es sinónimo de éxito. Miren como el magnífico Salvador Sobral ganó saliéndose de toda norma.
Chanel ganó contra todo pronóstico y las redes ardieron enfurecidas aunque también le han salido defensores, los susodichos que la ven como ejemplo de “lo popular” porque canta reguetón y eso es lo que tiene que gustar obligatoriamente al populacho, que no puede disfrutar (al parecer) de Rigoberta Bandini o un temazo en galego.
Tras ser señalada como candidata española a Eurovisión fue atacada con saña en Twitter hasta tal punto que abandonó la red del pajarito azul. Porque Twitter se ha vuelto un infierno en el que se practica el bullying de modo indiscriminado. Muy mal. Chanel tiene derecho a ir a Eurovisión igual que lo tenían Bandini y Tanxugueiras. Y que sea lo que los eurofans y jurados quieran. ¿Perderá España? Bueno, como siempre.
La única verdad es que en esta edición se había abierto el abanico musical y ampliado el público de un certamen viejísimo, y el indie se lanzó al asalto de Eurovisión con Varry Brava, Javiera Mena y hasta Rayden, que es rapero pero muy de Radio 3, no como Los Chikos del Maiz.
Chanel ganó. No hay más que decir. El orden vuelve a restablecerse en Eurovisión y de nuevo los eurofans serán quienes trasnochen para ver si gana Bielorrusia o Israel.
DANIEL SERRANO
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