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Juan Salvador López, guionista de ‘La Casa de Papel’: “A los malos hay que darles su merecido”

Cuatro años después del estreno de la primera temporada de La Casa de Papel en Antena 3, tenemos que decirle adiós. Nos va a costar mucho despedirnos de esta banda de atracadores que se han convertido en parte de nuestra familia, pero ya no hay más tela que cortar.

Podríamos haber hecho una recopilación de los cabos sueltos que se resolverán en el final de la serie o contarte a grosso modo de qué van a ir estos cinco últimos capítulos pero nos ha parecido más interesante hablar con uno de los artífices de la magia de esta ficción.

Juan Salvador López forma parte del equipo de guionistas de La Casa de Papel desde la temporada 3 y ha participado también en grandes éxitos como Sky Rojo, también en Netflix. Así que nadie mejor que él para hablarnos de cómo es crear un producto tan interesante y contarnos de qué va realmente el trabajo de guionista.

‘La casa de papel’ ha sido una carnicería. ¿A qué personaje te ha costado más matar sin contar a los que tendremos que decir adiós en estos últimos cinco capítulos?

Desde el punto de vista de la escritura, quizás la muerte de Tokio sí representó un momento de dudas e incertidumbre. Tokio es la narradora de la serie y, junto a El Profesor, nuestro vehículo narrativo. Así que nos colocaba en un punto de no retorno donde ya nada iba a ser igual para los personajes. Y, probablemente, para los guionistas o para los espectadores, tampoco. Además, en el momento en que decides matar a un personaje tan importante, esa muerte ha de estar a la altura de lo que ha representado en la serie. Eso también es un reto y da cierto vértigo. Pero creo que con Tokio lo hemos conseguido. A mí, de hecho, me emocionó mucho ver ese momento en el capítulo 5. Si como espectador consigues emocionarte con algo que has escrito y reescrito y reescrito, es que algo has hecho bien.

¿Y ha habido alguno que te haya dado satisfacción cargártelo?

Gracias a esa bipolaridad en la que nos movemos los guionistas, mi «Yo espectador» disfrutó con el final de Gandía. A los malos hay que darles su merecido, y Gandía venía pidiendo que alguien se lo diera desde hace mucho tiempo. Aunque ahora que lo pienso, mi «Yo guionista» sí que le ha echado un poco de menos. Era muy divertido escribir a ese pedazo de cabrón.

Sin que nos desveles el final de ‘La casa de papel’, ¿qué pensaste mientras lo estábais escribiendo?

Muchas cosas que son difíciles de expresar en unas pocas líneas. La Casa de Papel es una serie súper exigente, para todos los departamentos. Y no voy a negar que llegamos al final como un ciclista que corona el Tourmalet, dando todo lo que tienes dentro. Pero quizá lo que más sentí cuando entregamos el último capítulo fue gratitud por haber podido formar parte de esta locura. Nunca voy a ser capaz de agradecer suficiente a Javier Gómez Santander (coordinador de guión y coproductor ejecutivo) que se acordase de mí, allá por 2018, para hacer una prueba de guion para la tercera temporada. Ha sido un viaje alucinante, tremendamente enriquecedor. Y la culpa es suya.

¿Te ha costado decirle adiós? ¿Te hubiese gustado escribir un nuevo atraco de la banda o hay que saber parar?

Hay que saber parar. Si estiras demasiado una serie corres el riesgo de que te pase como cuando compruebas que no deberías haberte tomado esa última copa.

¿Cuántos guionistas formabais parte del equipo de ‘La casa de papel’? Y puestos a meter el dedo en la llaga, ¿cuántos eran hombres y cuántos mujeres?

Depende de la temporada, el equipo de guionistas ha ido creciendo o disminuyendo en función de las necesidades. Desde que yo empecé en el arranque la 3ª temporada, hasta el último capítulo de la serie, han sido muchos los compañeros y compañeras de la sala de guion: Luis Moya, Emilio Díez, Esther Morales, Ana Boyero, Almudena Ramírez, David Barrocal, Juanjo Ramírez Mascaró y Esther Martínez Lobato. Aparte de Javier Gómez Santander y Álex Pina, claro.

¿Sientes más presión a la hora de escribir un guión de una serie de tanto éxito como ‘La casa de papel’?

Al principio sí, cuando aterricé en la tercera temporada. Ya no sólo por cumplir las expectativas que había puestas en el regreso de la serie después del éxito que habían tenido las dos primeras temporadas, sino por comprobar si realmente yo iba a ser capaz de poner mi granito de arena para ello. «El síndrome del impostor» está a la orden del día en nuestro oficio. Con el tiempo, esa presión fue disminuyendo hasta quedar en niveles más normales. Siempre hay cierta presión, la que nos ponemos cada uno para hacerlo lo mejor posible, independientemente del proyecto en el que estés trabajando.

Todos pensamos en un guión como en escribir historias sin más, pero detrás tiene mucho más trabajo, ¿cómo se estructura el trabajo de un guionista? ¿Cómo empiezas a escribir un guión?

Aquí hay muchas respuestas posibles. Casi tantas como tipos de proyectos o guionistas. Depende de si se trata de una serie, de una película o de un programa. Cuando entras en un equipo de guionistas, el sistema de trabajo viene marcado por el coordinador de guión y es variable. En mi caso, cuando escribo en solitario, suelo partir de una idea que puede ser un final, un comienzo, un personaje, una imagen… Supongamos que es una película. Estructuraría los sucesos o giros más importantes que le van a suceder a ese o esa protagonista. La idea es hacerlo crecer con puntos intermedios, personajes y tramas hasta que se vaya pareciendo a un largometraje. Tendríamos una escaleta: una estructura lo más completa posible, dividida en secuencias, que dan una idea más o menos exacta de lo que será la película (o el capítulo). Y, resumiendo, cuando la tienes, es el momento de dialogar. Puede sonar sencillo, pero en cualquier momento del proceso todo se puede venir abajo, teniendo que empezar de nuevo. Y, de hecho, lo más normal es que ocurra eso.

¿En qué se diferencia el trabajo de Showrunner de el de un guionista al uso?

El showrunner es el máximo responsable de una serie, desde un punto de vista creativo y de contenido. Por tanto, lidera el equipo de guión, escribiendo y reescribiendo, y toma las decisiones más importantes en todas las fases del proyecto: preproducción, rodaje y postproducción. El sindicato de guionistas ALMA lo explica mucho mejor aquí: https://www.sindicatoalma.es/showrunner-un-concepto-en-crisis/

¿Qué es más difícil, crear tú mismo la historia o escribir un guión sobre una historia ya marcada?

Enfrentarse a la página en blanco siempre es lo más difícil. Pero a eso te vas a tener que enfrentar igualmente aunque tengas muy claro que, por ejemplo, quieres escribir una peli o una serie sobre el 23F. Una cosa es saber más o menos qué vas a contar. Y otra, escribirlo.

Cuando estás en mitad de una historia, ¿te la puedes sacar de la cabeza en algún momento, o tienes que ir con una libreta en la mano por si se te ocurre alguna idea mientras sacas al perro?

Depende del momento del proceso de escritura en el que esté. Si la cosa marcha, suelo desconectar por salud propia y de mi familia. Pero cuando estás en un bloqueo, es difícil no querer encontrar la solución aprovechando un supuesto descanso. Da igual que estés sacando al perro, cocinando o en la boda de tu primo. Y muchas veces es en esos momentos donde suele aparecer eso que necesitabas para pasar del punto A al punto B.

¿El trabajo de un guionista tiene horarios?

Depende. Ahora mismo soy autónomo. Creo que con eso lo digo todo.

¿Te gustaría este trabajo para tus hijos?

Me gustaría que fuesen capaces de trabajar en aquello que les motiva, sea lo que sea, como estoy teniendo la suerte de hacer yo.

¿Cómo se llega a ser guionista? ¿Cuál fue tu camino?

Antes de terminar Comunicación Audiovisual, tuve la oportunidad de empezar a trabajar como meritorio de producción en una película. Era 2005 y yo ya tenía claro que quería ser guionista, pero en ese momento lo único que quería era meter la cabeza en la industria y tratar de conseguirlo desde dentro. Luego trabajé en otra película, esta vez como auxiliar, que me permitió más tarde entrar en el equipo de producción de una serie. Progresé, aprendí muchísimo e hice grandes amigos. Pero con las eternas jornadas de rodaje, escribir no escribía mucho. Así que después de 6 años en la producción decidí parar, formarme como guionista y ganarme la vida de otra manera que me dejase más tiempo para escribir. Poco después, en 2013, a través de un compañero y amigo de producción de una de esas series (gracias, Edu), tuve la oportunidad de hacer una prueba de guión. Gustó, me cogieron, y hasta aquí.

Has trabajado en series muy dispares como ‘Centro Médico’ y ‘Sky Rojo’, que se parecen como un huevo a una castaña. ¿Cómo te preparas para escribir una u otra historia para que ambas queden verosímiles?

Un procedimental médico y una serie ambientada en la trata de mujeres requiere un importante trabajo de documentación. Por suerte, en ambas series contábamos con documentalistas, cosa que no siempre sucede. Por eso, exista o no esa figura, como guionista siempre vas a tener que desempeñar esa función en mayor o menor medida.

Y ya que hemos hablado de ‘La casa de papel’ y ‘Sky Rojo’, ¿cómo es trabajar bajo las órdenes de Álex Pina? ¿Es verdad que tuvisteis que escribir hasta 32 versiones del final de La casa de papel? ¿Es esto habitual?

Jajajaja… Y ese no es el récord de versiones de un capítulo de LCDP. Álex siempre exige, a él mismo el primero, sacar el máximo de un capítulo, de una secuencia, de un diálogo. Tú puedes pensar «oye, pues el capítulo ha quedado guay», y llega Álex, tirarlo entero, mostrarte por qué realmente no funciona y empezar de nuevo. Y el resultado final siempre es mejor de lo que pensabas. Para mí ha sido un privilegio trabajar con él y he aprendido muchísimo. Es historia viva de la ficción. En cuanto a las versiones del último capítulo, en realidad han sido 32 versiones del guión, no del final. El final estaba más o menos claro, aunque es verdad que en torno a la versión 11 de guion, Álex y Javier supieron ver que ese no era el mejor cierre, así que en las 22 siguientes versiones nos centramos en pulir ese nuevo final que idearon.

¿Qué prefieres, un final Disney o soltar una granada en mitad de los protagonistas?

Soltar una granada en medio de las princesas Disney.

¿Nos puedes desvelar en qué proyectos estás trabajando ahora o son secreto de Estado?

Estoy escribiendo una película. Y ahí me tengo que quedar.

Ya que escribir es lo tuyo y que muchos guionistas dan el salto a la literatura, ¿te ves escribiendo una novela? ¿Te ocultarías bajo un pseudónimo como Carmen Mola o lo harías a cara descubierta?

Me encantaría. Ojalá tener el tiempo y la capacidad para hacerlo algún día. A mí, personalmente, me impone bastante la palabra «novela». Pero bueno, todo se andará. Y sí, claro, con pseudónimo siempre. Algo tipo «Antonio LoPeta» o «M. Rajoy».

¿Cómo te gustaría verte dentro de 10 años?

Ganándome la vida contando y produciendo historias. O como extremo izquierdo del Madrid.

SARA FLAMENCO

ADEMÁS: El tráiler de ‘La Casa de Papel’ que anticipa espectáculo

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