La verdad sobre C. Tangana

Estrena C. Tangana documental titulado Esta ambición desmedida y hay críticos que opinan que el título hace honor a la megalomanía de la cinta (“ese sopor desmedido” tituló Carlos Marco en El País) pero también existen reseñistas que celebran la pieza (en Fotogramas les ha gustado). Vuelve C,.Tangana al centro del escenario como estrella rutilante que es y, además, para quienes gusten de los detalles privados, acude a la alfombra roja con su novia, Rocio Aguirre, fotógrafa chilena.

Pero ¿quién es (de verdad) C. Tangana? ¿Su genialidad resulta algo más que una frase hecha para las portadas de los suplementos dominicales? ¿Hay que rendirle pleitesía en lo musical? He aquí la cuestión.

Y he aquí nuestra respuesta: C. Tangana es un camaleón de talento e inteligencia mayúsculos. Su biografía no es exactamente la de un niño de barrio  como cabría suponer a un (ex)trapero como él. Su padre era profesional de la comunicación, su madre ejercía como profesora, vivió en Carabanchel pero se mudó con su familia a Pozuelo de Alarcón, transitó de las calles con paredes pintadas de grafiti a las urbanizaciones con piscina, estudió en colegio de pago y acabó cursando Filosofía. Se hacía Crema cuando empezó en el freestyle del rap.

C. Tangana posee una evidente capacidad para evolucionar de la que muchos de sus camaradas de armas en el trap carecen. El autor de himnos ególatras con sesgo machista, la estrella en ciernes que se retrataba en un yate rodeado de voluptuosas mujeres en bikini, fue capaz en El madrileño (su obra magna hasta el momento) de reinventarse.

Porque, sí, El madrileño es una obra maestra del pop en español, un proyecto capaz de aunar muy diferentes tradiciones musicales, donde lo mismo cabe Joselito que el son cubano o el rock con acento bonaerense de Andrés Calamaro.

C. Tangana es un tipo listo y puede que sus cálculos musicales haya también un análisis de marketing pero la potencia creadora que despliega va más allá de la pura lógica de quien pretende sólo venderse. Tangana sabe rodearse de los mejores (Alizzz, por supuesto). Y conoce bien el modo en que a la prensa mainstream le gustan los grandes acontecimientos, estar a la última, exhibir su sintonía con el clima juvenil del momento.

Con todos esos elementos bien combinados se ha convertido C. Tangana en el astro que hoy ocupa el centro del firmamento con permiso de su ex Rosalía.

Ahora se asocia con el triunvirato audiovisual Little Spain (Santos Bacana, Cris Tenas y Rogelio González) y se hace un documental y con los mismos creadores ejecutó el videoclip del Celta de Vigo que tanta emoción infundió al universo entero y lo que viene por delante tendrá que ser grandioso o no será.

Y sus conciertos no son conciertos en el sentido clásico sino que tienen un formato asimilable al de los espectáculos teatrales.

Gustará o  no pero Tangana es un artista sin complejos dispuesto a probar toda suerte de novedades.

Lo rutinario no le vale.

Y eso ya es un enorme valor dentro de una industria musical cada vez más perdida en un laberinto de rutinas anticuadas y anhelos ansiosos de viralidad.

Larga vida a C. Tangana.

DANIEL SERRANO