Måneskin o el eterno retorno del rock

El rock ha muerto, ¡viva el rock! Måneskin representan una exótica excepción en el panorama de la música actual. En un ecosistema global dominado por los grandes felinos (y felinas) de la música urbana y lo latino, esta banda italiana persevera en un sonido rockero que bebe de las fuentes del glam. Y con esta fórmula han triunfado en todo el mundo seduciendo a la gente más joven.

Son la banda de rock de la generación Z.

¿Los últimos mohicanos de un género que revolucionó la música en los 60 y 70 del siglo pasado?

The New York Times tituló recientemente: Is Måneskin the Last Rock Band? (¿Es Måneskin la última banda de rock?). Mientras unos Rolling Stones octogenarios tratan de mantenerse a flote, este cuarteto fundando en Roma en 2015 enardece a las masas juveniles a través de mecanismos tan inesperados como participar en el festival de Eurovisión y ganar (muy) merecidamente.

Ethan Torchio, Victoria De Angelis, Damiano David y Thomas Raggi son cuatro veinteañeros que hacían versiones de bandas de rock en la calle. En el más puro estilo de la generación Z, optaron por pelear la fama a través de un talent show. Y consiguieron un segundo puesto en la edición italiana de Factor X. El éxito fue creciente en su país y Eurovisión les catapultó al planeta entero.

Los jóvenes descubrieron con Måneskin los códigos un rock que, quizás, les sonaba museístico en las muecas de los ancianos que siguen de gira pero resultaban auténticos en la actitud de esta banda. Cuatro chavales jugando a ser The Doors o Bowie en su etapa berlinesa. ¿Por qué no?

¿Dónde está el rock?

La realidad es que los gustos globales han dejado al rock de lado. Después del grunge de los 90 y del éxito de bandas de estadio como Guns N’ Roses llegó el tiempo de JLo, Marc Anthony, Luis Fonsi, Rosalía, Bad Bunny, Shakira o Bizarrap. Entre lo más escuchado de Spotify o lo más difundido a través de TikTok surgen propuestas como la de los mexicanos Peso Pluma (Ella baila sola) o, en otra vertiente, se deja notar el peso creciente del K-Pop. Ni rastro de rockeros entre los nombres de éxito.

La excepción son Måneskin, unos italianos que, a veces, parecen salidos de una juvenil fiesta de disfraces cuyo tema fuera ‘glam de los 70’. Nos recuerdan un poco a Circodelia, grupo madrileño del que casi nadie se acuerda.

Sea como sea, Måneskin poseen talento musical suficiente como para justificar su ascenso al estrellato.

¿Regresa el rock a nuestras vidas?

Quién sabe.

Han sido muchos años de dominio anglosajón en la música pop y ahora los sonidos latinos se cobran su revancha. Mientras tanto, Måneskin puede satisfacer nuestros anhelos guitarreros.