Está claro que cuando tienes 85 años, eres uno de los reyes de Hollywood y estrenas una película con un presupuesto de 200 millones de dólares, te puedes llegar a creer que estás por encima del bien y del mal.
Dicho lo cual, lo de Ridley Scott con Francia resulta un tanto excesivo, por muy subido que te lo tengas.
El director lleva semanas de promoción y campaña de Napoleón, una de las películas del año y clara candidata a arrasar en nominaciones y galardones en los próximos Oscar. Presume de su superproducción y desdeña que la prensa francesa le afee ciertas licencias o meras cuestiones cinematográficas.
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Que un director británico haga un biopic del emperador francés es algo que, obviamente, no iba a sentar bien en Francia. Obviamente, muchos medios han cargado contra la película y la han puesto de vuelta y media. De hecho, desde LePoint señalan que es “muy antifrancesa y pro británica“, mientras que Le Figaro llega a hablar de “Barbie y Ken bajo el Imperio“.
En el caso de GQ Francia, directamente, hablan de una película “profundamente torpe, antinatural e involuntariamente patosa“. Tremendo. Ahora, dedicándote al negocio desde 1965, Ridley Scott debería saber cómo funciona esto. Y seguro que lo sabe pero eso no ha quitado para que haya respondido danto un palo tremendo a todo un país: Francia.
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“Los franceses ni siquiera se gustan a sí mismos. Al público al que se la enseñé (la película) en París, le encantó”, ha comentado en una entrevista a BBC. Una de las críticas que más parece molestar a Ridley Scott es la que hace referencia a las imprecisiones históricas, a la que replica preguntando a quien las hace si “estuvo usted allí. ¿No? Entonces cállese la boca“.
Será por el ego, será por la edad, será por estar de vuelta de todo pero Ridley Scott ha activado el modo Berserker y no parece dispuesto a tolerar una sola crítica. Como todo, el tiempo dará y quitará razones y, en este caso, será la taquilla la que confirme si el director ha hecho o no buena labor. Más allá de su calidad, el negocio de Hollywood va de dinero y, si quiere que Napoleón sea rentable, deberá alcanzar, al menos, los 400 millones de dólares. Obviamente, habrá que estar atentos a la taquilla en Francia.
JESÚS REDONDO
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