Reivindicando a Hombres G

Reivindicando a Hombres G

Estrena David Serrano (rey de los libretos de musical –Hoy no me puedo levantar es obra suya- y autor del guion de El otro lado de la cama y director de Días de fútbol, entre otras muchas cosas) una película bien cargada de nostalgia cuyo título es Voy a pasármelo bien. Sí, como la canción de Hombres G. Porque estamos ante una suerte de homenaje al grupo español que en los 80, 90 y 2000 rompió la pana en España y Latinoamérica.

Quienes fuimos adolescentes cuando el C.O.U. y vivíamos, por ejemplo, en Vallecas, teníamos sentimientos contradictorios al respecto de la música de Hombres G. Lo que nos gustaba era Kortatu y La Polla Rekords pero, la verdad, no había quien se resistiese a Venezia o Sufre, mamón. Yo me compré el casete pirata con carátula fotocopiada. Lo vendía un tipo que colocaba su material en una mesa portátil en la calle Martínez de la Riva o por ahí.

¿Eran pijos Hombres G? Ellos insisten, a día de hoy, en que no. Lo cierto es que eran niños bien del Parque de las Avenidas, que no era el barrio de Salamanca pero tampoco San Blas. Una zona más bien de clase media alta. Y, además, su estilo, sus zapatillas, sus camisas y su actitud encajaron a la perfección con la efervescencia de lo pijo que vivió una España recién salida de la aridez franquista y sus escaseces. Las chicas cocodrilo que cantaban Hombres G vestían, por supuesto, Lacoste.

Pero da igual que fueran pijos o no. Eran (y son) un grupo de pop con talento mayúsculo. Sí, prejuicios fuera. La magna obra de Hombres G es  reivindicable, incluso aunque en su primer LP colaran una extrañísima oda facha titulada Matar a Castro.

El tiempo nos ha hecho más tolerantes. Ni Fermín Muguruza era tan bueno ni David Summers tan malo. Y a la inversa. No sé si me explico.

El caso es que pueden mencionarse un buen puñado de canciones de Hombres G entre lo mejor del pop español: desde Marta tiene un marcapasos a Rita pasando por Dejad que las niñas se acerquen a mí, disculpando lo heteropatriarcal del título y que se parezca demasiado en sus primeros compases a Don’t Worry, Baby de Beach Boys.

Ahora regresan por enésima vez los Hombres G y se fotografían en una juvenil pose cuasisexagenaria pero es que los años, días, horas y minutos pasan para todos.

En Voy a pasármelo bien plantea David Serrano un reencuentro adulto cuyo relato se combina con el recuerdo de un amor de pubertad. Planteamiento clásico y Raúl Arévalo, Karla Souza y Dani Rovira (entre otras y otros) aportando su buen hacer.

Para quien quiera droga dura puede rastrear en busca de las dos películas que protagonizaron los propios Hombres G bajo la dirección de Manolo Summers, padre de David Summers y autor de grandes comedias como La niña de luto. Aquellas comedias delirantes fueron exitazos de taquilla: Sufre, mamón (1987) y Suéltate el pelo (1988).

Y, bueno, que de vez en cuando no está de más recordarnos disfrutando de las piezas de Hombres G, escuchando Los Cuarenta Principales y soñando con un futuro distinto. Pasándolo bien. Todavía se puede, ¿eh?

DANIEL SERRANO

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