Cómo Hollywood intentó cambiar a Florence Pugh

Bien conocida por sus papeles en series como La chica del tambor y películas comoLady Macbeth, Peleando en familia, Midsommar o Mujercitas. Y, más recientemente por adentrarse en el mundo Marvel como Yelena Belova en Viuda Negra y Ojo de Halcón,. Florence Pugh vive un momento dorado como actriz, algo que, por lo visto, no siempre fue así.

En una entrevista que concedió al periódico The Telegraph, la joven actriz británica, que cumplirá 27 años en apenas un par de meses, habló de la incertidumbre que sobrevoló su cabeza en sus inicios dentro del mundo de la interpretación.

Pugh, que había debutado en la gran pantalla con The Falling (2014) con apenas 17 años, llegó a pensar que convertirse en actriz había sido “un gran error”, según sus propias palabras.

¿La razón? Que los ejecutivos del estudio que estaba detrás del que iba a ser su segundo trabajo, Studio City, una serie para televisión de 2015 y en la que ella interpretaba a una estrella del pop en ascenso, no se les ocurrió nada mejor que ponerla en evidencia y avergonzarla por su físico, exigiéndola de todo para cambiar (“por su bien y su futuro profesional”).

La peor experiencia de su carrera

En un principio el poder ser una de las protagonistas de aquel largometraje fue algo digno de celebrar y ella mismo lo dejó claro con sus palabras: “Me sentí muy afortunada y agradecida, y no podía creer que había conseguido este trabajo de primer nivel”.

Sin embargo, lo que parecía algo maravilloso acabaría tornándose en una pesadilla. Y es que, desde el minuto uno, desde el momento que la seleccionaron y la dieron el papel de Cat, esa estrella del pop en ascenso, la exigieron que cambiara varias cosas, siempre en relación a su apariencia física. Y no de manera sutil precisamente, sino avergonzándola de la peor manera.

Aquello trajo a su cabeza que “había cometido un gran error”. Según explicó en la entrevista a The Telegraph “pensé que el negocio del cine sería como The Falling” (como vivió su primera incursión en el mundo del cine, que fue una experiencia gratificante), pero lo que se encontró fue totalmente distinto a eso…

“Todas las cosas que estaban tratando de cambiar sobre mí, ya fuera mi peso, mi apariencia, la forma de mi cara, la forma de mis cejas… No era lo que quería hacer, o la industria en la que quería trabajar”, ​​dijo Pugh.

Pasando página

Tras el mal trago, se estrenó el piloto de Studio City. Un mal estreno, porque la cosa no convenció a nadie y se canceló. Decepción tras decepción que llevaron a Florence Pugh de regreso a Inglaterra y con la idea de que su carrera podía estar acabada.

Pero nada más lejos de la realidad. Apenas dos semanas después de aquel enorme chasco, las puertas del cielo volvieron a abrirse para ella. Se presentó para la audición de Lady Macbeth, de donde salió con el papel de Katherine bajo el brazo.

Era hora de pasar página y de mirar hacia adelante. “Hizo (Lady Macbeth) que volviera a enamorarme del cine, el tipo de cine que era un espacio en el que podías ser obstinado y ruidoso, y me he quedado con eso”, confesó.

Además de que también sacó el lado positivo de su paso por Studio City: “Tuve la suerte de descubrir cuando tenía 19 años qué tipo de artista quería ser”. Y lo consiguió, porque años después se ha convertido en una actriz que surca el cielo junto a otras estrellas, eso sí, con una fuerte personalidad por bandera por la que no duda en defender su imagen, seas como sea y delante de quien sea…

Y, si no, solo hay que recordar la publicación que hizo en su cuenta de Instagram como respuesta a las críticas que recibió al aparecer con un vestido semitransparente durante un desfile de Valentino en la Piazza Spagna de Roma, en julio de este año.

 

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“Siempre ha sido mi misión en esta industria decir ‘a la mierda’ cada vez que alguien espera que mi cuerpo se transforme en una opinión sobre lo que es sexy o sexualmente atractivo. Me puse ese vestido porque lo sé. Si abusar públicamente de las mujeres en voz alta en 2022 es tan fácil para ti, entonces la respuesta es que eres tú quien no lo sabe”, decía Pugh entre otras cosas.

Presente y futuro, un gran futuro

Tras sus éxitos con Marvel en la piel de Yelena Belova, a Florence Pugh la hemos podido ver este año 2022 en dos nuevas películas: El Prodigio, un drama de Sebastian Lelio, y No te preocupes querida, junto a Harry Styles y bajo las órdenes de Olivia Wilde.

Pero no es lo único que nos espera de ella. Muy pronto la podremos ver en A Good Person, junto a Morgan Freeman, y Oppenheimer, de Christopher Nolan y en la que aparecerá mano a mano con Cillian Murphy y Emily Blunt.

Prestará además su voz para la nueva entrega de El gato con botas: el último deseo; y ya está trabajando en otros proyectos como Dune: Parte 2, The Pack, The Maid y Thunderbolts, donde volverá a meterse en la piel de Yelena.

Una carrera que no cesa, con una filmografía que no deja de crecer, en calidad y en cantidad y que hoy, para todos, cobra más valor tras confesar esos problemas de sus comienzos. Problemas contra los que luchó y venció y hoy sigue peleando.

ANTONIO SÁNCHEZ

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