Dentro de la filmografía de Quentin Tarantino, podemos encontrar géneros como el thriller de acción, la comedia negra, el drama, las artes marciales, e incluso el western, pero no es tan fácil encontrar propuestas suyas en las que el terror sea protagonista.
Le aportó un cierto aire de terror, en medio de la acción y la comedia a Death Proof (2007) e, incluso un poco más, en su trabajo como guionista en Abierto hasta el amanecer (1996), de Robert Rodríguez. Y tiene algún ejemplo mejor en su trayectoria como productor, de donde se pueden rescatar títulos del género como Past Midnight (1991), de Jan Eliasberg; y Hostel (2005) y Hostel 2 (2007), ambas dirigidas por Eli Roth.
Está claro que Tarantino no es un maestro en la materia, aunque sí un gran aficionado, como han contado en su libro Meditaciones de cine, en la que, hace un relato genial y en primera persona de cómo se fraguó el Hollywood moderno, un viaje personal e íntimo por su cine preferido, y en el que confiesa, entre otras cosas, cuáles son las tres películas que más le han traumatizado a lo largo de su vida.
Y hablábamos de terror, pero para traumatizar al alguien no es necesario ni siquiera adentrarse en ese género. Y para muestra, un botón. Tarantino vivió los peores momentos de su vida delante de la gran pantalla con tres películas de las cuáles solo una de ellas es del género del terror, pero en las que existe un claro denominador común, como el mismo destaca: un bosque.
Tres traumas de película
Bambi
La primera de esas películas, como el mismo señaló en una entrevista de 2022 en Los Ángeles Times, es Bambi (1942), el clásico de Disney del que dijo que “es bien conocida por traumatizar a los niños de todas la épocas”.
Según el director y productor de Knoxville, en el momento de la película en el que se produce el incendio forestal y disparan a la madre de Bambi, supuso un terrible ‘shock’ para él. Era solo un niño y, en ese momento, según explicó, le pidió a su madre si podían salir del cine.
“Los disparos del cazador contra la madre y el terrible incendio forestal me afectaron más que cualquier otra de las imágenes que vi en el cine, fue como ver el apocalipsis desde el punto de vista de los animales. El inesperado giro trágico de la película fue lo que me causó tal conmoción. Los anuncios de televisión no resaltaron la verdadera naturaleza de la película. Al contrario, se centraron en las travesuras de los entrañables Bambi y Tambor”, señala en su libro.
Defensa
La segunda película que señala Tarantino es Defensa (1972), una cinta de John Boorman protagonizada por Jon Voight y Burt Reynolds sobre cuatro amigos que deciden pasar un fin de semana en los Montes Apalaches, lejos de sus familias y los problemas de la oficina y quieren bajar en canoa un río que atraviesa un bosque que pronto será inundado para la construcción de una presa. Todo parece ir bien pero, tras una jornada placentera, hasta que el encuentro con los locales convierte la excursión en una angustiosa pesadilla.
“La vi cuando tenía 8 años. Aquí está la cuestión, no solo vi Defensa esa noche, sino que mi madre tenía una cita y me llevó. La vimos en una función doble con Grupo salvaje. Y es una de las mejores noches de cine de mi vida… pero cuando vi Defensa, me asusté muchísimo. Después de verla, por un tiempo, no quise ir a acampar. Porque pensé que eso podría pasarnos. Igual que la gente tenía miedo de la playa después de Tiburón, yo tenía miedo de acampar“.
La última casa de la izquierda
Pero aún hay una tercera, que, en su caso, tuvo un mayor impacto que la segunda y muy similar a la primera, porque, como destaca el realizador estadounidense, es “la única otra película que no pude soportar y por la que tuve que dejar un autocine en Tennessee”.
Hablamos de La última casa de la izquierda, de Wes Craven, un thriller de terror en el que dos adolescentes, Mari y Phylis, quieren celebrar un cumpleaños acudiendo a un concierto de su grupo preferido, Bloodlust, con tan mala suerte que, antes que lleguen a la gran ciudad, son raptadas por un trío de maníacos con un final nada feliz.
Está claro que cada uno tiene sus traumas de la infancia y, muchos de ellos han llegado a nuestras vidas de la mano del cine. Estos son los de Quentin Tarantino… ¿Cuáles son los vuestros?
ANTONIO SÁNCHEZ
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