Los tiempos cambian. Muy deprisa. Y en Hollywood, más aún. Si hasta los años 60 no se empezó a ver algún tatuaje en la Meca del Cine, en pleno siglo XXI, no sólo son parte de muchos personajes, sino que han pasado a jugar un papel relevante en la historia que cuentan.
Es más, no son pocos los espectadores que, tras ver a una súper estrella tatuada en la gran pantalla, han optado por copiar directamente su diseño y aplicarlo en su propio cuerpo.
El cine es el mayor escaparate del mundo, y los tattoos un producto con cada vez más demanda. Blanco y en botella. Eso sí, mucho cuidado con el profesional que haga el dibujo que la puede liar muy parda, y a las pruebas nos remitimos.
Así las cosas, nada como repasar los 10 tatuajes más impresionantes que nos ha dejado Hollywood. Todos y cada uno de ellos con una historia detrás que, en mayor o menor medida, dejó huella en la Meca del Cine.
George Clooney (Seth Gecko) – Abierto hasta el amanecer
Corría el año 1996, y George Clooney, a las órdenes de Tarantino, se metía en el papel del tremendo Seth Gecko en Abierto hasta el amanecer. Lo primero que llamaba la atención era el pico tribal que asomaba por su cuello. Era un tatuaje pero, ¿de dónde venía?
Ni más ni menos que del brazo, que estaba completamente cubierto de tinta, en un impresionante dibujo que dejó ver cuando se quitó la chaqueta, antes de entrar en La Teta Enroscada. Momentazo made in Hollywood y George Clooney como uno de los primeros virales de tatuajes ever. Su diseño fue copiado en todo el mundo. Hay quien, a día de hoy, se arrepiente de lo que hizo. True story.
Guy Pearce (Leonard Shelby) – Memento
La segunda película de Christopher Nolan es de las que deja huella. En ella, Guy Pearce es Leonard, un hombre con amnesia anterógrada, que le permite recordar actividades cotidianas, pero le impide tener recuerdos a corto plazo.
Por tal motivo, decide tatuarse todos los datos que conoce sobre sí mismo en su cuerpo. ¿El objetivo? Además de no olvidar quién es, vengar al asesino que mató a su mujer y provocó su enfermedad. Hablamos del año 2000, cuando el mundo palabras o frases no estaba tan extendido. ¿Fue Nolan quién lanzó la moda de las palabras tatuadas? No lo descartemos.
Ryan Gosling (Luke Glanton) – Cruce de Caminos
El sex appeal de Ryan Gosling alcanzó, con Cruce de Caminos, cotas inexistentes hasta ese momento. Su personaje, Luke Glanton, era un acróbata con la moto que trabajaba en un circo y, como tal, quería dar espectáculo hasta en su piel. Motivo por el cual, lleva el cuerpo replento de tatuajes variados.
Desde un boxeado a una serpiente, pasando por el glorioso halcón de su pecho. Eso sí, el tinte rubio le restaba puntos, aún así, tuvo más puntos que nadie en todo el mundo allá por 2012.
Edward Norton (Derek Vinyard) – American History X
Muchas tribus urbanas, como los punks o los rockeros son habituales de los tatuajes. En American History X vimos que los neonazis también. La película más impactante de 1998 nos dejó a un excelso Edward Norton, interpretando Derek Vinyard, un joven radical que pasaba varios años en la cárcel, por asesinato, y que decidía rehacer su vida, lejos de su pasado, cuando sale de ella.
Los alambres de espino que rodean sus bíceps, impactan. Pero si hay un dibujo que quedó para el recuerdo, es la cruz gamada (esvástica) que corona su pecho y que luce con orgullo cuando es arrestado tras el impactante incidente que ocurre a escasos metros de su casa.
Robert de Niro (Max Cady) – El Cabo del Miedo
Max Cady es de esos villanos de cine que temes, odias y adoras al mismo tiempo. El papel de Robert de Niro, en 1991, es de los mejores de su carrera. Y eso es mucho decir. Lo mejor es que para el papel, no sólo se hipermusculó (como ya han hecho otros muchos actores), sino que se tatuó de verdad todo el cuerpo, y más tarde se quitó los tatuajes con láser.
Su corazón roto junto a Loretta y su balanza en la espalda, equilibrando verdad y justicia, colgadas de una cruz dejaron boquiabiertos a unos espectadores, poco acostumbrados a estos collages con actores como lienzos.
Ralph Fiennes (Francis Dolarhyde) – Dragón Rojo
La tercera entrega de la saga El Silencio de los Corderos, nos dejó un Ralph Fiennes al que el papel de malo le sienta de maravilla. Y si no, le pregunten a Harry Potter.
En este caso, era un imitador de Hannibal Lecter, llamado Francis Dolarhyde cuya espalda estaba decorada con un impresionante dibujo inspirado en El Gran Dragón Rojo de William Blake. Un bestial diseño, llevado a cabo por Tom Berg, quien también diseñara los tatuajes de Michael Scoffield (Wentworth Miller) en Prison Break. Vamos, un crack.
Brad Pitt (Mickey O’Neill) – Snatch: Cerdos y Diamantes
¿Cómo hacer que Brad Pitt sea más sexy aún? Ésa es la pregunta que se hacía el equipo de Guy Ritchie. Un equipo que encontró la respuesta: con tatuajes por todo su cuerpo. Además, tatuajes desgastados, antiguos y borrosos. Perfectos para el gitano irlanés que interpretaba, el boxeador Mickey O’Neill.
¿Fue en el año 2000 cuando el actor enamoró a los humanos que les faltaba por enamorar? Seguramente. A los tres.
Nikolai Luzhin (Viggo Mortensen) – Promesas del Este
Promesas del Este dejó dos escenas memorables, y ambas con Viggo Mortensen de protagonista. Una, junto a Naomi Watts, en las escaleras. Seguro que todo el mundo la recuerda. La segunda, en una sauna turca, que bien podría entrar en nuestra lista de 15 escenas de pelea más recordadas de la historia de Hollywood. Que no decimos que sean las mejores.
Pues bien, en la segunda es en la que podemos ver con todo lujo de detalles, la cruz griega que lleva en pleno pecho, o el mapa del tesoro de Long John Silver que también adorna su cuerpo. Eso sí, complicado fijarse en la tinta del actor, cuando la pelea deja ver que no sólo está bien dotado para la actuación. Es lo que tiene pelearse en una sauna.
Reverendo Powell (Robert Mitchum) – La Noche del Cazador
Ojo que hablamos del año 1953. Los tatuajes no eran, ni de lejos, algo habitual en Hollywood. Sin embargo, Charles Laughton cogió a Robert Mitchum y le tatuó Love y Hate entre los nudillos y las falanges.
¿Se puede ser un malo más cool, en aquellos maravillosos 50? Harry Powell era el mal personificado y sus tatuajes, una muestra de ello, al menos eso se creía por aquel entonces.
Ashton Kutcher y Seann William Scott (Jesse y Chester) – Colega, ¿dónde está mi coche?
Las cosas como son, comparado con el resto de tatuajes, las palabras Sweet y Dude en la espalda, no parecen muy llamativas. No obstante, el momento loop que nos regala el momento en que los descubren es memorable.
Y es que, para quien no lo recuerde, estos dos fumetas se tatúan estas dos palabras, sin conocimiento alguno. De hecho, no recuerdan algo de lo que hicieran la noche anterior. A pesar de todo, no se toman nada mal el haberse marcado la piel para siempre. Por cierto, si te preguntas qué ha pasado con Seann William Scott, aquí tienes la respuesta.
Fotos: Reddit, Tumblr, Giphy y Twitter
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