Echamos de menos Breaking Bad. Mucho. Pocas series han puesto de acuerdo a tanta gente: era magistral. Durante cinco temporadas, adoramos a Walter White, sufrimos con Jesse, odiamos a Skyler, comprendimos a Hank… Eran como de la familia y, como tal, nos dolía todo lo que les pasaba.
Es más, con pocas series como con Breaking Bad, las emociones estaban tan a flor de piel. Poca gente habrá terminado la serie sin soltar alguna que otra lágrima. Y no por los momentos dramáticos, que también, sino además por la tensión, la brutalidad, la dura realidad de algunas escenas que marcaron a millones de personas para siempre. Sólo con ver algunas de estas bestiales 42 fotografías de la serie, ya se ponen los pelos de punta.
Precisamente, son esos momentos los que recopilamos. Esos en los que nos quedamos de piedra, por lo inesperado, por lo crudo y porque, una vez asumida la realidad, nos rompíamos las manos aplaudiendo.
Y es que, si lloramos con Breaking Bad, no son menos las ocasiones en las que le hemos gritado a la televisión mientras lo veíamos. Ésa era la magia de esta obra maestra de Vince Gilligan, de la que ya te contamos 23 curiosidades que todo fan debe saber. Huelga decir que hay spoilers como castillos en el artículo.
15. Cuando Walter se sincera con Skyler
Sobrecogedor momento el que elige Walter para sincerarse con su Skyler. Tras cinco temporadas diciendo que todo lo hacía por la familia, Heisenberg mira a los ojos de su esposa y le dice la verdad: Lo hice por mí. Me gustaba y era bueno en ello. Honestidad brutal que Skyler encaja como puede, mientras se despide, en silencio, del hombre más buscado por la DEA: su marido.
14. Cuando Jesse se carga a Gale
Gale no era mal tipo. De hecho, hacía un café excelso, adoraba a Walter y era un químico excelente. Pero claro, trabajaba para Gustavo Fring y su cometido era sustituir a Heisenberg, cuando Gus se lo cargara. ¿Solución? Matarle a él primero y qué mejor forma de hacerlo que sacrificando el alma de Jesse Pinkman. La interpretación de David Costabile fue magnífica; la de Aaron Paul, soberbia. El asesino que emocionó al mundo.
13. Cuando Todd hace lo que hace
Hasta ese momento, Todd había sido un ayudante silencioso, discreto y eficaz. Junto a Jesse y Walter habían robado el éter del tren, en un golpe impresionante. Pero tuvo que aparecer el niño con la moto. Y tuvo que verlos. Y Todd no lo dudó. Y cogió la pistola y lo mató a quemarropa. Y a todos se nos encogió el corazón. Y todos le dimos vueltas durante días a lo que habíamos visto.
12. Cuando Hank conoce a Heisenberg
Hank llevaba años tras Heisenberg y éste siempre estuvo a su lado. El destino quiso que un momento casual en el baño, le diera la pista definitiva: WW, es decir, Walter White. El cabreo inicial de Hank deja lugar a un bajón épico. Su cuñado, su amigo, su compañero… ¡era el criminal más buscado por la DEA! Sobrecogedor momento el que nos regalón Dean Norris.
11. Cuando Walter dejó morir a Jane
Todos odiábamos a Jane. Era nociva y adictiva, en todos los sentidos, para Jesse. A pesar de todo, nadie esperaba que fuera a ahogarse en su propio vómito, con Walter White como testigo de excepción. La escena en la que está agonizando, con Walter dudando si ayudarla o no es, sencillamente, magistral.
El agobio traspasa la pantalla pero, una vez termina, nos damos cuenta que el protagonista se ha convertido en un auténtico monstruo. Estremecedora secuencia.
10. Cuando Walter cuenta a Jesse que dejó morir a Jane
Si el objetivo de Walter era arruinar la vida a Jesse, lo consiguió con creces. No sólo le confesó que vio morir a su novia y no hizo amago de ayudarla, sino que también lo cuenta con recogijo, reventando el corazón de su discípulo. Sobrecogedora escena, cargada de emoción, crudeza y frialdad, en la que vimos morir en vida al bueno de Jesse. Repetimos, odiábamos a Jane.
9. Cuando matan a Andrea delante de Jesse
Todd pasa de ser una incógnita, a despiadado y odiable asesino. Tras reclutar a Jesse como cocinero, y éste negarse a cocinar para ellos, deciden que lo mejor es mandarle un mensaje para que sepan que van en serio. Le llevan frente a la casa de Andrea, su ya ex novia, y Todd la dispara, en la cabeza, de nuevo a sangre fría. De nuevo frente a Jesse. Como con el niño. Corazón encogido durante días. Muy duro.
8. Cuando Skyler conoce a Heisenberg
Las cosas como son, éste es un momento para disfrutar. Walter había vivido bajo el yugo de la controladora Skyler toda su vida, hasta el día que reconoce quién es, lo que hace y, sobre todo, quien manda. La cara de Skyler es la cara de todos: sorpresa absoluta, pero en nuestro caso, mezclada con orgullo.
Era la primera vez que se ponía los pantalones en casa. Sin embargo, ese día, su matrimonio terminó, aunque no firmaran los papeles de forma oficial.
7. El sueño frustrado de Jesse
Una de las escenas más estremecedoras de la serie, y no tuvo un ápice de violencia. En ella vemos a Jesse, creando artículos de madera, en compañía de Andrea y su hijo Brock. ¿Un sueño? Sí. Además, imposible. Ambos están muertos y Jesse encadenado, fabricando meta para el tío de Todd. La vuelta a la realidad es una puñalada directa al corazón. Pocos personajes hemos querido tanto como a Jesse.
6. Cuando Hank se despide de Marie
La antesala de Ozymandias, el mejor capítulo de la historia de la televisión, nos deja la última conversación entre Hank y Marie. Aunque ellos no lo saben. Hank ha arrestado a Walter y llama a su mujer para decirle que todo ha terminado. No sabe que la banda de Jack hará su aparición a los pocos minutos e impedirá que Hank vuelva a ver a su esposa. El Te quiero final era premonitorio.
5. Cuando Jack se carga a Hank
Los hombres de Jack llegan justo cuando Hank se lleva a Walter. Les acorralan y dejan al cuñado de Walter acorralado, desarmado y al borde de la muerte. Walter ofrece a Jack los 80 millones de dólares que hay guardados en los bidones, a cambio de la vida de Hank, si éste renuncia a seguir investigando.
Hank se niega y asegura lo que todos sabemos: es hombre muerto. A pesar de todo, el disparo nos pilla por sorpresa. La ejecución de Hank es el final oficioso de la serie.
4. Cuando Marie se entera de la muerte de Hank
Cuando pensábamos que la muerte de Hank era lo peor de Ozymandias, llega el momento teléfono. A un lado, Skyler y medio departamento de policía; al otro, Walter, con el cuerpo de Hank aún caliente. Ella dice que está sola y él sabe que es mentira por lo que asume toda la culpa y le echa en cara no haberle ayudado para exonerarla, mientras sujeta sus lágrimas y el espectador también.
Y no, eso no es todo. Skyler pregunta por Hank y Walter lo suelta, sin anestesia: Nunca más volverás a ver a Hank. Marie se rompe, los espectadores también. Ozymandias termina y te conmueve como solo lo hacen las obras de arte. Sencillamente magistral.
3. Cuando Mike muere por nada
Mike Ehrmantraut fue uno de los secundarios más gloriosos de la serie. No en vano, su personaje sigue vivo en Better Call Saul, y dando buena réplica a Saul Goodman. Le cogimos cierto cariño, cuando se convirtió en el tutor de Jesse. No era mala influencia para él, pues tenía sentido de la ética. Suficiente para que Walter se lo cargara.
Lo peor es que lo mató por nada, pues la lista de nombres que le pidió, podía haberla conseguido de forma más sencilla. La última frase de Mike, memorable: Calla la puta boca y déjame morir en paz. Grande hasta el último momento.
2. El adiós de Jesse y Walter
Quiso hacerlo, pero no pudo. Jesse, finalmente, no mató a Walter. En el fondo, había sido como su padre durante cinco temporadas. Un padre malo, pero un padre al fin y al cabo. La mirada entre Aaron Paul y Bryan Cranston sería la última que se darían. Lo sabían ellos y lo sabíamos nosotros. Breaking Bad estaba a punto de terminar.
Eso sí, nos dejó otra escena para el recuerdo, la de Jesse Pinkman libre, por primera vez en su vida.
1. El adiós de Walter White
Felina, el último capítulo de la serie, es un anagrama de Finale, que incluye las sílabas Fe (Hierro), Li (Litio) y Na (Sodio), tres elementos que se encuentran, respectivamente, en Sangre, Metanfetaminas y Lágrimas.
De fondo suena Baby Blue de Badfinger, canción para la historia de la televisión y con la que despedimos, entre lágrimas, al cabrón que más hemos adorado en mucho tiempo en televisión. Ríase usted de J.R. y compañía. Dos años y medio después, seguimos llorando su muerte. No habrá otro como Walter White. Ni siquiera aunque los alemanes intenten copiarle.
Fotos: AMC, Tumblr e Imgur
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