Resumió Jonás Trueba el verano en Madrid, con sus verbenas y sus escapadas para nadar en charcas de la sierra, ese largo espacio de interminables mediodías que concluyen en una noche sudorosa con limonada y churros, los encuentros inesperados que ofrece la ciudad cuando la calle del Oso y las inmediaciones de la plaza de Cascorro son una fiesta. Hablamos de La virgen de agosto, grandísima película estrenada en 2019 y que retrata a una juventud crepuscular, quizá a un minuto de abandonar la M-30 en dirección a alguna localidad del extrarradio (y de ello habla Jonás Trueba en su título más reciente: Teneis que venir a verla).
Es La virgen de agosto un apunte del natural donde cabe el ligue de una noche de verano y la felicidad de no hacer nada aunque, como un ruido de fondo, nos perturbe una nostalgia anticipada, la certeza de que se nos acaba el tiempo para alcanzar algunos de nuestros sueños.
Pero nadie se alarme, aquí no hay dramas, La virgen de agosto es una película luminosa, de cuya inmersión salimos purificados.
Protagonizan esta cinta Itsaso Arana, Vito Sanz, Joe Manjón, Isabelle Stoffell… y todas las interpretaciones son fabulosas, de una desarmante naturalidad. Y sale Soleá Morente cantando. Qué más se puede pedir.
La virgen de agosto es Eric Rohmer (por supuesto) y Woody Allen fabulando Nueva York en Manhattan, pero (sobre todo) es Jonás Trueba, un director con voz propia, insobornable, ajeno a modas y otras idioteces.
Capaz de hacer un cine para minorías que vale igual que Oppenheimer o Barbie.
Y luego, ojo, que las minorías, a veces, resultan más mayoritarias de lo que parece.
Sea como sea, no hay mejor retrato del verano en la ciudad que La virgen de agosto y si Almeida o Díaz Ayuso tuvieran gusto (cosa que dudo) nombrarían a Jonás Trueba embajador plenipotenciario de esta urbe invivible y fascinante a partes iguales, donde el calor hirviente se alivia bailando chotis en la plaza de la Paja.
¿Y quién es Jonás Trueba?
El hijo de Fernando Trueba (eso para empezar) y autor de otras hipnóticas películas generacionales como Todas las canciones hablan de mí, Los ilusos, La reconquista, Quién lo impide…
Y un tipo que dice cosas tan interesantes como: “Debemos vencer la pereza de la vida a domicilio”. Titular rescatado de un digital leonés llamado Leonoticias y condensación precisa del gran problema de nuestro tiempo: las horas perdidas esperando paquetitos de Amazon. Dijo Pascal (y versionó Fran Nixon) que “todo lo malo que nos pasa es por salir de casa” pero es al revés. Jonás Trueba hace un llamamiento a desplazarse, quedar con amigos, ir a exposiciones Sus personajes están siempre en la calle y, si permanecen en casa, leen libros. No todo va a ser ingerir series en streaming hasta el empacho.
La revolución será analógica, sostienen modernos voceros de la próxima insurrección.
En fin.
Nos hemos desviado del tema principal.
La virgen de agosto.
Una película para disfrutar de la canícula, con las persianas bajadas y los primeros compases de la verbena escuchándose a lo lejos.
DANIEL SERRANO
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