Ron DeSantis suena como el recambio de Donald Trump y eso parecía una buena noticia pero, evaluando la trayectoria de este popular gobernador de Florida no parece que si vence en las futuras primarias del Partido Republicano vaya a suponer un progreso real. Porque DeSantis es un ultra obsesionado con la batalla cultural, la pugna contra esa categoría tan difusa de lo woke (LGTBIQ+, corrección política, feminismo…) y la preservación de una tradición cristiana ajena a la actual diversidad social.
Y en esa línea integrista y retrógada se inscribe la última medida de Ron DeSantis. Según informaba The New York Times, DeSantis ha logrado sacar adelante un proyecto de ley para retomar el control de Disney World, que gozaba del privilegio de ser una entidad autónoma (con sus propias normas fiscales y de autogobierno) desde su fundación en 1971. Y lo ha hecho en represalia por el rechazo de Disney a la ley promulgada por De Santis conocida como ‘no digas gay‘. Una normativa para centros escolares y otros espacios donde hay público infantil que incluye la prohibición de aludir a la homosexualidad, la diversidad sexual o proponer algún tipo de educación sexual a los niños y niñas.
Bob Chapeck, consejero delegado de Disney, criticó abiertamente esa norma, que choca con la nueva filosofía de una compañía que incluye en sus películas actuales personajes de diferentes opciones sexuales y vitales. Pero De Santis (aunque no ha hecho oficial su candidatura a las primarias republicanas) está calentando motores para el próximo ciclo electoral y este asalto a Disney World puede fortalecerle ante su electorado,.
En The New York Times cuentan cómo De Santis ha disfrazado esta medida contra Disney como una cuestión de soberanía y fiscalidad: “No permitiré que una corporación del despertar con sede en California dirija nuestro estado”.
Así que Disney World pierde su excepcionalidad legal y ¿podrá DeSantis obligar -pero de qué manera- a que en las instalaciones de Disney en Florida se cumpla esa norma absurda que pretende que la diversidad sexual no pueda ser atisbada por ojos infantiles.
Y no sólo se trata de educación sexual, DeSantis también incluye en su peculiar legislación limitaciones a la hora de enseñar en valores antirracistas. De hecho, este gobernador de Florida que pretende sustituir a Trump tiene un paquete legislativo que los medios denominan Legislación STOP Woke para dar la pelea cultural.
No sólo Disney ha sufrido la ira ultra de Ron DeSantis, también ha habido campañas por parte del gobernador de Florida contra la marca de helados Ben & Jerry’s (cuyos fundadores son dos ex hippies profundamente progresistas) o la Asociación Nacional de Atletismo Colegiado.
Ron DeSantis ha tomado Disney World. Veremos en qué se traduce esta decisión.
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