Qué injustas son las guerras, ¿verdad?
Mientras decenas de miles de personas pierden la vida en Ucrania, las cosas en Rusia no es que vayan mejor.
Le pregunten a la influencer, modelo y presentadora rusa Victoria Bonya, una de las grandes damnificadas por el ataque ruso al país vecino.
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Vaya por delante que, a priori, nadie de su familia ha fallecido, no se ha tenido que desplazar a otro país y no parece que haya perdido todas sus pertenencias o salir de su casa con lo puesto. Ahora, los dramas lo son en la medida en la que se miren, y el de Victoria Bonya es un DRAMA con mayúsculas.
Resulta que, entre las medidas de sanción a Rusia, además de las económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, algunas marcas han dejado de operar en Rusia hasta que pase el conflicto.
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En este caso, la ofensa a Victoria Bonya viene con logo de Chanel grabado. Sí, la firma de lujo ha sido la última en sumarse al veto ruso y, recientemente, ha anunciado que va a restringir la venta de productos a Rusia. Ojo, tras 45 días desde la invasión a Ucrania.
Pues bien, esto no le ha sentado bien a la influencer rusa, quien ha ofrecido a sus más de 9 millones de seguidores en Instagram, la versión premium del “pos me enfado y no respiro“.
Victoria Bonya ha grabado un vídeo en la red social, en el que aparece con un bolso de Chanel y unas tijeras. Lo que hace 20 años habría sido un maravilloso vídeo de Art Attack, en 2022, en plena guerra, se ha convertido en la reivindicación más floja, ridícula y deplorable que se pueda imaginar.
Buff impacto mundial
— Rudi Altig (@Ricard9000) April 7, 2022
Puro Punk!
— Michel Ramone (@MichelRamone) April 7, 2022
Uff los pelos de punta destrozar un Chanel! Porque le cierran las tiendas Chanel, pobre rusa! Eso sí que es una tragedia no como los ucranianos que tienen sus pueblos destrozados pero aún pueden comprarse los bolsos para lucir en sus fiestas a la luz de los bombardeos
— Bella (@estelademarr) April 7, 2022
Son 23 segundos de vergüenza ajena, a los que se suma un mensaje de reivindicación floja. “Nunca he visto a una marca ser tan irrespetuosa con sus clientes como Chanel“.
No hay más que echar un ojo a las respuestas, dejando pasar las primeras que son de sus palmeras, para darse cuenta que el vídeo no ha tenido el efecto que la influencer esperaba. Y eso que le ha puesto actitud. Su cara de malota en los segundos finales es similar a la de una niña de 6 años cuando le dices que no toque algo y se acerca y lo toca. Como diría un tuitero: same vibes.
Nuestro corazones podrían estar con Victoria Bonya pero, si no le importa, mejor los tenemos con los ucranianos. Eso sí, tampoco pasa nada si le da continuidad a lo de cortar y romper toda la ropa y complementos que tenga de marcas que han salido de Rusia. Ahí sí que tendría un 1% más de nuestra atención.
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