Una de las grandezas de Gran Hermano es que si cualquier persona habla de Paula (González), Laura (Campos), Naiala (Melo) o Susana (Molina), no hace falta que diga sus apellidos para saber de quién habla. Es lo que tiene ver a alguien durante 24 horas, varios meses en la televisión, se vuelve como de la familia.
Si a este hecho le añadimos que, semanas más tarde de terminar el concurso, muchas de ellas fueron portada de Interviú, con poca o nada de ropa, pues eso, como de la familia.