John Lennon, allá por la década de los 60 del pretérito siglo XX, se perdió por los desiertos almerienses y sus (por entonces) absolutamente vírgenes playas solitarias.
De Almería a (naturalmente) Ibiza pasando por las gallegas islas Cíes, hubo hippies en España que tomaron baños de luna en los arenales inmensos que la península ibérica (y Canarias) ofrece al visitante.
Hubo hippies (y muchos) incluso en Torremolinos.
¿Quedan todavía hippies o similares en España?
He aquí algunas playas donde todavía pueden avistarse tribus de hijos del amor que llevan flores en el pelo y aprovechan los veranos para hacer el saludo al sol cada amanecer y tocar los tambores de madrugada.
No pidas total autenticidad. Tampoco es eso.
El último hippy verdadero se jubiló hace no demasiado y en las últimas elecciones estadounidenses votó a Trump. Times are changing.
1. Cala San Pedro (Almería)
Cala San Pedro es uno de los rincones más bellos del cabo de Gata. No resulta fácil llegar. O se camina durante una hora por caminos de cabras o se alquila un bote desde Las Negras para arribar a este paraíso que, sin embargo, se llena hasta los topes en agosto. Ya nada es lo que era. Pero el espectáculo merece la pena.
2. Caños de Meca (Cádiz)
Entre los riscos que caen sobre el mar, escondidos en las calas rocosas, hay hippies de Caños de Meca que resisten frente al sistema. También hay un par de chiringuitos muy interesantes para beber mojitos y, sobre todo, uno de los atardeceres más bellos de la costa gaditana. Naturalmente que la masificación ha atraído también, sobre todo en ciertas fechas, a ese público que carga con una nevera repleta de cervezas hasta el último confín. Pero hay ratos que la magia persiste y ellos todavía no han llegado.
(Y la imagen que ilustra este texto es pretérita, de cuando hippies -tirando a pies negros- plantaban sus carromatos a sus anchas en los caminos de Caños de Meca y el cabo de Trafalgar).
3. Blue Bar (Formentera)
Otro lugar espléndido para ver la caída del sol. Antes de que la isla se hunda bajo el peso del turismo de masas, acudan al Blue Bar, donde los hippies de antaño abrevaban en paz y amor. Superviviente en Platja Mitgorn de los viejos chiringuitos fundados en los 60 y 70 y con su simpático marcianito con el símbolo de la paz que todo el mundo toca a pesar de que un rótulo brame ¡No tocar! Algún día que otro, quizás, asome algún hippy por aqui pero, generalmente, están vendiendo sus cosas en el mercadillo de La Mola.
4. Benirrás (Ibiza)
Venga, va, incluyamos Benirrás y su fiesta de los tambores en esta lista y dejemoslo correr. Sí, algún hippy se esconde todavía en esta preciosa cala. También hay mercadillo. Y muchísimos turistas. Es el signo de los tiempos.
5. Cabo Cope (Murcia)
El secreto mejor guardado de la costa española. Se trata de un pedazo de litoral murciano entre Águilas y la provincia de Almería con lugares absolutamente vírgenes. Calas de arena fósil, aguas color turquesa y, sí, algún hippy sentado a la orilla, con su camioneta Volkswagen aparcada un poco más allá, contra el paisaje desértico. Que no corra demasiado la voz.
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