Resulta una lectura absolutamente apropiada para el verano. Nos referimos, claro, a El gran Gatsby de Scott Fitzgerald, clásico de la literatura estadounidense que, en el fondo, relata un largo verano de juventud. Y concluye con el día infame en que el invierno aparece en nuestras existencias. No ha habido suerte con las adaptaciones al cine de esta novela magistral.
En 1974 dirige el británico Jack Clayton una versión protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow.
No funciona.
Se deja ver pero parece inacabada.
Tiene su encanto pero resulta, finalmente, gélida.
En realidad, el proyecto comenzó a decaer desde su mismísimo arranque: iba a hacer el guión Truman Capote (y no), iban a protagonizar Steve McQueen y Ali McGraw (y tampoco). Esto último fue imposible por cuestiones sentimentales: el productor de El gran Gatsby era Robert Evans, y Ali McGraw había sido su pareja hasta que se enamoró de Steve McQueen durante el rodaje de La huída y huyó con él.
Se pensó también en Warren Beatty y Faye Dunaway como pareja protagonista.
Robert Redford y Mia Farrow asumieron los papeles principales sin que la chispa entre ellos surgiese en pantalla.
Queda, eso sí, la placentera fotografía de Robert Redford bañándose en la fabulosa piscina.
El gran Gatsby exhibe (en la novela y las dos adaptaciones de las que aquí hablamos) el lujo de las piscinas cuando su azul era un verdadero lujo.
Se comprueba en la adaptación de ‘El gran Gatsby’ estrenada en 2013, dirigida por Baz Luhrmann y con Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire y Carey Mulligan como triángulo principal.
La fiesta gozosa en la mansión de Gatsby gira en torno a una piscina espectacular.
Y pasa lo mismo en la versión la protagonizada por Robert Redford: gelidez y falta de emoción en todo momento.
Sólo la piscina conserva su atractivo, y el sol y la brisa marina.
Cine de verano para entretenerse un rato y, al final, quedarse dormido.
Soñar con una piscina particular en la que remojar los pies.
Aunque el verdadero sueño es un río de agua fresca, una buena sombra y las horas detenidas sin que nadie moleste.
La naturaleza como lujo.
Pero eso es otra historia.
Esperamos la miniserie basada en El gran Gatsby que Netflix (en cualquier momento) anunciará. A ver si la maldición se rompe.
DANIEL SERRANO
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