Hablemos de ‘Bluey’ y su hipnótico poder de atracción

Hablemos de ‘Bluey’ y su hipnótico poder de atracción

Si tienes hijos de menos de 8 años, no sólo conoces Blueyseguramente hayas visto sus más de 140 capítulos varias veces. Si tienes Disney Plus, claro.

Y lo mejor de todo, te han encantado.

Si no conocías la serie, te estás perdiendo una obra maestra de la animación que ha conseguido lo que ni siquiera Pixar ha logrado: enamorar a los peques, enamorar a los padres y hacer que todos ellos se identifiquen con la cotidianidad y cercanía de sus historias.

Sí, Bluey ha alcanzado el equilibrio perfecto para gustar a todas las edades y lo ha hecho con altas dosis de realidad familiar, con un 95% de humor y un 5% de drama que, las cosas como son, te hará llorar. Sí, hay capítulos de la serie animada que te destrozan pero tan necesarios como la vida misma. Sin ir más lejos, el capítulo en el que Bingo da un salto de madurez y deja de dormir con su peluche. Una preciosidad de episodio que debería emitirse en los museos en bucle.

Son capítulos de 7-8 minutos, con historias independientes, en los que se narra el día a día de una familia de perros: Chili, Bandit y sus dos hijas, Bluey y Bingo. Desde hacer una videollamada a los abuelos, a ir por comida para llevar, pasando por un viaje en coche con sus problemas habituales si se hace con peques. Bluey es la vida misma, eso sí, protagonizada por perros y con resoluciones siempre positivas y ejemplarizantes. Obviamente, ahí está la ficción aspiracional, a la que deberíamos intentar llegar padres y madres, pero no es tan sencillo como en los dibujos.

Ahora, es de agradecer que Bluey tenga este punto agridulce de darte una puñalada en el corazón cuando menos lo esperas. Pero se aceptan porque todo tiene su explicación y su motivo. Bluey es lo que Peppa Pig nunca llegó a ser porque tampoco lo intentó.

Y sí, el hecho de que sean perros ayuda mucho con las tramas, por ejemplo con las de integración y, de paso, sirve como alivio cómico sencillo cuando, de repente, uno de los protagonista se rasca la oreja sin explicación alguna. Son detalles sencillos pero que elevan el encanto de una serie que, además de educativa y ejemplarizante, se ha convertido en una fuente de generar ingresos. Sin ir más lejos, estas Navidades no hay catálogo de juguetes sin merchandising de Bluey, que parece tomar el relevo de Patrulla Canina y Bob Esponja. 

Dicho todo esto, si no has visto Bluey, ponte un par de capítulos y disfruta sin prejuicios. Y si no tienes peques, hazlo igualmente.

Noticias Relacionadas

A propósito de ‘Red’ y ciertos “señoros” a quienes asusta la regla

Series & Cine

Resulta que Turning Red, la última película de Pixar, es una absoluta delicia. No sólo tiene un ritmo frenético, una historia que engancha y una animación que…

+

Uri Geller y Nintendo ponen fin a 20 años de batalla legal

Series & Cine

Puede que a muchos ni les suene el nombre de Uri Geller, pero este señor es historia de la televisión tras doblar una cuchara 'con…

+

10 personajes de dibujos animados feministas

Series & Cine

Además de la educación de madres y padres o de los colegios, los dibujos animados forman parte de la gran cantidad de influencias que reciben las…

+