Cuando vamos a un restaurante de postín, nos fijamos en que la experiencia total sea placentera, pero poco sabemos del estrés que supone eso para los que allí trabajan. Eso es lo que nos quiere enseñar la película Hierve, una tensa y claustrofóbica película de 90 minutos del director Philip Barantini.
El filme cuenta una noche especialmente ajetreada en un restaurante de prestigio y está rodada en un larguísimo plano secuencia para mostrar la realidad estresante que se vive en las cocinas de un restaurante de este tipo, lo que sin duda consiguen.
“He sido actor durante 25 años, y trabajé en restaurantes como chef durante 12 años cuando necesitaba dinero porque en la interpretación no tenía tanto éxito. Cuando tienes un servicio tan ocupado como ese, tienes solo una toma”, justifica su elección del plano el director. “No hay oportunidad de parar, ir hacia atrás, hacia delante. El reloj no para hasta el final del servicio”.
“En una de las noches más ajetreada de uno de los restaurantes más de moda en Londres, el carismático chef jefe Andy Jones (Stephen Graham, Snatch, Boardwalk Empire) intenta mantener el equilibrio en el filo de un cuchillo mientras múltiples crisis personales y profesionales amenazan con destruir todo por lo que ha trabajado: ese restaurante de éxito”, adelanta la sinopsis.
La película está rodada en el restaurante Jones & Sons, en Dalston, propiedad de un amigo del director llamado Andy Jones, como el protagonista del filme. La idea era rodar la película durante cuatro noches, pero la pandemia les obligó a acortar los tiempos, y consiguieron la proeza de rodarla en tan sólo dos noches, empezando a las 18:00 horas. Para conseguir esto, les hizo falta muchos ensayos previos, como si de una obra de teatro se tratase. Y una de las partes más importantes fue formar en el mundo de la cocina a Stephen Graham, el protagonista, ya que no sabía ni freír un huevo.
Nos ponemos en situación: Andy Jones llega a su restaurante tarde y estresado por un problema doméstico, y una vez allí se encuentra a un inspector de Sanidad y Seguridad que les ha bajado el nivel de cinco a tres estrellas. Con todo esto a sus espaldas, se da cuenta de que se han pasado con las reservas y deben atender a 100 personas, entre los que se encuentran un chef televisivo, una crítica culinaria, un hombre que va a pedirle la mano a su pareja… La cámara va siguiendo al protagonista y el resto de personajes es esta especie de vals sobre un campo de minas, intentando que todo salga bien con todo en contra.
Si estás preparado para ponerte un poquito nervioso, podrás disfrutar de esta proeza técnica que ya está en Filmin. Quizá no vuelvas a quejarte a un camarero después de verla.
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